Este martes 4 de marzo, para sorpresa de todos, los socialistas en el poder y los separatistas catalanes de derechas, Junts, alcanzaron un acuerdo histórico que debería otorgar a Cataluña amplias prerrogativas en materia de inmigración. Se trata de una vieja reivindicación de los independentistas, a la que se oponen ferozmente la oposición de derechas y también la izquierda radical.
Con nuestro corresponsal en Madrid, François Musseau
Gestionar puertos, aeropuertos y temas conflictuales en materia de inmigración. Decidir el número de trabajadores extranjeros que se admitirán en Cataluña. Expedir documentos de identidad a estos extranjeros. Devolver a sus países a aquellos que no puedan acreditar sus permisos de residencia y trabajo. Decidir las políticas de integración.
Hasta ahora, todo eso era competencia exclusiva del poder central de España. Sin embargo, según este acuerdo entre los separatistas y los socialistas en el poder, a partir de ahora serán prerrogativas catalanas.
Un acuerdo que no tiene unanimidad
El acuerdo ha desatado la furia de todos los sectores. Los sindicatos policiales la consideran escandalosa. En la derecha y la extrema derecha, lo ven como una humillación, un desmantelamiento del Estado en Cataluña, una región que ya es muy autónoma, con su propia policía, parlamento, lengua y ejecutivo.
En la extrema izquierda, Podemos tampoco ve con buenos ojos este acuerdo, pues cree que Cataluña lo aprovechará para ponerse dura con los inmigrantes en lugar de regularizar a quienes estén en situación irregular.
En cuanto al socialista Pedro Sánchez, si este acuerdo se aprueba en el Parlamento, le permitirá reforzar su poder gracias al apoyo de los separatistas catalanes.
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