Mientras la diplomacia internacional se esfuerza por llevar a Rusia a la mesa de negociaciones, sobre el terreno, los ucranianos no ven el final de los combates. En Kramatorsk, en la región de Donetsk, los habitantes han decidido no abandonar la ciudad a pesar de haber sufrido ya más de 11 años de guerra.
Con la enviada especial de RFI en Kramatorsk, Emmanuelle Chaze
En el centro de la ciudad de Kramatorsk, en la Plaza de la Paz, algunos residentes disfrutan de la puesta de sol mientras el mundo se pregunta sobre un posible alto el fuego. Para estos habitantes que viven la guerra a diario, las negociaciones parecen impensables.
Yana, una comerciante, dice que regresó a la ciudad después de encontrar refugio en Polonia, y a pesar de la cercanía del frente: "Somos de aquí, nos fuimos en 2022, pero volvimos al año siguiente. Donde estaba, me sentía incluso peor que aquí. Muchos de nosotros hemos regresado, entre ellos muchos niños", cuenta.
En Kramatorsk, los niños sólo pueden ser escolarizados en línea, porque todas las escuelas están cerradas. Y Yulia, una amiga de Yana, no espera un final rápido de los combates: "No habrá tregua, no sucederá, eso es lo que dicen nuestros soldados. No se puede confiar en Putin. Hasta que esta criatura muera, no pasará nada", lamenta.
"No creo que haya una tregua"
Para Serhiy también la vida fuera de Kramatorsk es impensable: "Yo mismo he sido policía aquí durante 22 años. Cuando comenzó la guerra a gran escala, regresé de Europa y vine aquí para alistarme. Llevo dos años viviendo aquí, sin salir de esta ciudad, y no creo que vaya a haber una tregua. Pero cuando ganemos, será diferente", afirma.
En Kramatorsk, los habitantes son pragmáticos: mientras esperan una paz que parece muy lejana, viven el día a día, a menudo con el sonido de explosiones y lejos de las negociaciones diplomáticas.
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