Los cristianos de todo el mundo celebran la Pascua este domingo 20 de abril, pero en la República Democrática del Congo, este año es un momento especial para los cristianos de Goma y Bukavu. Pasan la Pascua en una zona ocupada por los rebeldes de la AFC/M23.
Madre de tres hijos, Annuarite compró algunas botellas de jugo de piña y buñuelos para sus hijos. Aunque los tiempos son difíciles, la Pascua debe celebrarse: “Es una fiesta muy importante, pero dada la situación, vamos a comer lo que encontremos. Anteriormente, solíamos tener una gran fiesta con amigos, familiares y miembros de nuestra iglesia, y participábamos en la Vigilia Pascual hasta la mañana… Pero en este momento, es difícil invitarlos debido a la guerra, y ya no podemos pasar la noche en la iglesia debido a la inseguridad”, cuenta.
“No hay bancos funcionando”
Desde la toma de Bukavu por parte de la AFC/M23, los bancos están cerrados. Esto complica la vida de la familia de Dieudonné, padre de siete hijos: “¡Ya no tenemos dinero! No hay bancos funcionando, casi no hay trabajo, e incluso las tiendas ya no funcionan con normalidad. Si al menos pudieran reabrir los bancos…” lamenta.
A pesar de todas estas limitaciones, el pastor Élisée Bubala quiere aprovechar la vigilia para ver a sus 10 nietos: “Les traigo pequeñas sorpresas como caramelos, galletas e incluso globos hinchables. Están felices, porque los más pequeños no saben nada de nuestra lucha. Celebramos la Pascua, pero es un poco como si no estuviera aquí. Espero que podamos celebrarlo con normalidad más tarde”, dice.
“Acoger la iniciativa del Pacto Social por la Paz y el Buen Vivir Juntos” de las Iglesias
El arzobispo de Kinshasa, el cardenal Fridolin Ambongo, estrecho colaborador del papa Francisco pero también voz crítica de las autoridades de Kinshasa, aprovechó la misa de Pascua para pedir apoyo a la iniciativa de los obispos católicos y pastores protestantes que intentan mediar en la crisis política y de seguridad que sacude al país.
“El contexto en el que celebraremos la Pascua en nuestro país se caracteriza más bien por la tristeza general, la desesperación, la crisis humanitaria y de seguridad sin precedentes, la miseria social de la población, los desastres naturales y la sensación de abandono”, dijo el arzobispo.
“Animo a todos a acoger con confianza y fervor la iniciativa del Pacto Social por la Paz y el Buen Vivir Juntos propuesto por la Iglesia Católica, la CENCO [Conferencia Episcopal Nacional del Congo] y la Iglesia protestante. Podemos encontrar en este programa las semillas de un futuro brillante y armonioso para todos”, aseguró.
Compartir esta nota