Tras un apagón generalizado de casi 24 horas que paralizó las actividades de la mayoría de la población, Cuba recuperó el jueves por completo el servicio eléctrico nacional, en su quinto apagón total en menos de un año. “No hay solución a corto ni mediano plazo”, explicó a RFI Jorge Piñón, investigador principal del Instituto de Energía de la Universidad de Texas.
El servicio eléctrico regresó paulatinamente a La Habana, donde el tráfico y las actividades volvieron prácticamente a la normalidad, al igual que en el resto de las provincias del país, de 9,7 millones de habitantes.
El Ministerio de Energía y Minas informó el jueves por la tarde en su cuenta en X que "ya está restablecido el Sistema Eléctrico Nacional".
El corte generalizado sorprendió a los cubanos el miércoles a las 09H15 locales (13H15 GMT), cuando muchos habían salido al trabajo, a llevar a los niños a la escuela o a hacer las compras.
Jorge Piñón explicó a RFI que la causa principal de los apagones radica en que “toda la infraestructura, no solamente de la generación eléctrica, sino también de la transmisión y de la distribución, ha sido explotada durante los últimos 40 años sin mantenimiento operacional ni mantenimiento de capital. Las unidades ya son viejas, están fuera de servicio, fuera de tecnología, están cansadas. Todo ello ya no puede continuar con breves soluciones o arreglos. Es un sistema que está totalmente colapsado y que necesita una recapitalización que, según nuestras estimaciones, puede tardar entre 3 y 5 años y costar entre 8.000 y 10.000 millones de dólares”.
El Ministerio de Energía informó que una señal falsa de sobrecalentamiento en la caldera de la central termoeléctrica Antonio Guiteras, ubicada en el centro de la isla, provocó que esta planta, la más importante del país, saliera de funcionamiento y desencadenara la caída del sistema nacional. Se trata del quinto corte generalizado desde octubre de 2024. Tan solo el domingo, cinco de las 15 provincias de la isla se quedaron sin corriente por varias horas.
Se trata de una situación que, según este especialista, requiere inversiones importantes.
“Yo no veo solución a corto plazo, mucho menos a mediano plazo. Esto va a tomar años para poder recapitalizar el sistema porque las 20 unidades de generación, que están todas pasadas de su ciclo de mantenimiento de capital, van a requerir mucho tiempo para su reemplazo. El otro problema de las termoeléctricas es que usan como combustible el crudo nacional cubano, el cual tiene un alto contenido de azufre y de metales como el vanadio, que dañan las unidades. Así que es un círculo vicioso: arreglas la termoeléctrica, pero luego comienzas a alimentarla con este crudo que es dañino”.
Otras opciones también se topan con el muro de la crisis económica. “Se ha evocado la biomasa. Sí, esta tiene un inmenso potencial en Cuba, pero, como sabemos, la caña de azúcar casi no existe hoy en la isla. Cuba está importando azúcar. Entonces, ¿cómo vamos a construir los 600 megavatios de biomasa que necesitamos para el plan 2030 si no tenemos caña de azúcar? Lo mismo ocurre con la eólica. Así que lo único que tenemos es la energía solar, pero ésta solo cuando no hay días nublados”, concluye.
Cuba enfrenta desde hace más de un año una severa crisis energética debido al mal estado de su infraestructura eléctrica. El servicio depende de ocho obsoletas termoeléctricas y de grupos electrógenos dispuestos a lo largo de la isla, que requieren del escaso combustible disponible para funcionar, además de una red también desgastada.
Con información de la AFP
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