Este miércoles inicia el cónclave, el más internacional de la historia, con cardenales de 71 países, quienes ya se han empezado a instalar en la residencia de Santa Marta y otras dependencias del Vaticano, donde permanecerán aislados del mundo hasta elegir al sucesor del papa Francisco.
Se acerca la elección del futuro sumo pontífice tras la muerte del papa Francisco, el reformista jesuita argentino que despertó un fervor popular y una división en el seno de la Iglesia. El importante evento reúne a 133 cardenales procedentes de 70 países, lo que lo convierte en el más internacional de la historia.
El cónclave empezará oficialmente el miércoles. A partir de las 15H00 (13H00 GMT) de ese día, se cortarán las señales telefónicas en el interior del Vaticano para aislar a los purpurados de influencias externas, anunció la Santa Sede.
Durante el cónclave, los "príncipes de la Iglesia" deben permanecer sin teléfono ni acceso a internet ni a medios de comunicación, y guardar secreto sobre todo lo relativo a la elección del nuevo sumo pontífice.
"Hay varios perfiles, muchas personalidades que podrían ser elegidas. Yo diría que al menos cinco o seis", declaró el cardenal y arzobispo de Argel, Jean-Paul Vesco, al diario italiano Corriere della Sera.
En la vecina plaza de San Pedro, miles de personas mirarán la chimenea instalada en el tejado de la Capilla Sixtina a la espera de vislumbrar la fumata blanca, primera señal de la elección del 267º papa.
A la espera de la fumata blanca
La elección de Benedicto XVI en 2005 y la de Francisco en 2013 tomaron dos días. Pero algunos esperan ahora que sea más largo.
La mayoría de los 133 cardenales electores, menores de 80 años, participarán en la elección. Casi todos ellos fueron elevados a este rango durante el pontificado de Franisco.
Su elevado número hizo que la residencia de Santa Marta, donde suelen alojarse desde el cónclave de 2005, se quedara pequeña y se tuviera que habilitar un edificio vecino, que suele acoger a funcionarios vaticanos.
Santa Marta, donde decidió vivir además Francisco, dispone de habitaciones con baño privado y servicios similares a los de un hotel.
Los purpurados pueden acceder a sus habitaciones desde este martes hasta la misa del miércoles en la basílica de San Pedro que precede al cónclave. El personal que les prestará apoyo durante la elección –médicos, ascensoristas, personal de comedor y de limpieza, etc.– también juró el lunes guardar el secreto de lo que ocurra, so pena de excomunión.
Últimos preparativos
Este martes, los purpurados participaron en su última reunión preparatoria que celebran casi a diario desde el deceso de Jorge Mario Bergoglio el 21 de abril y en las que abordan varias cuestiones sobre la Iglesia.
A su término, realizaron un llamado a la paz "en Ucrania, Oriente Medio y muchas otras partes del mundo", en una declaración escrita. La víspera antes de morir, Francisco había llamado una vez más a poner fin a los conflictos.
En las reuniones, los cardenales también conversaron sobre las finanzas vaticanas, el escándalo de las agresiones sexuales, la unidad de la Iglesia y el perfil del próximo papa, al tiempo que muchos aprovecharon para conocerse.
Las discusiones alimentan además su reflexión de cara al voto final en la Capilla Sixtina, ante el fresco del Juicio Final pintado por Miguel Ángel en el siglo XVI y a puerta cerrada.
Con AFP
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