Siete libaneses y el mismo número de sirios murieron la víspera en los combates que estallaron el domingo en la frontera entre Líbano y Siria. El presidente libanés, Joseph Aoun, ordenó al ejército responder al ataque antes de acordar un alto el fuego en la noche, tras una conversación telefónica entre los ministros de Defensa de ambos países. Con información de nuestro corresponsal en Beirut, Paul Khalifeh.
Los combates enfrentaron, por un lado, a tropas sirias y, por otro, al ejército libanés junto con clanes chiitas de la llanura oriental de la Bekaa. La intensidad de los combates disminuyó progresivamente durante la noche, y en este momento reina una calma precaria en la región fronteriza, situada al este y noreste del Líbano.
Sin embargo, las tensiones persisten mientras el ejército libanés sigue enviando refuerzos tras la orden de respuesta dada por el presidente Joseph Aoun. Del lado sirio, también llegan refuerzos.
Los intercambios de disparos de artillería, de cohetes y de misiles antitanque se prolongaron durante todo el lunes, con intentos de avance terrestre por parte de las tropas sirias. El bombardeo causó importantes daños en al menos tres localidades fronterizas libanesas.
Hezbollah niega toda implicación
Los combates estallaron en la noche del sábado al domingo, después de que clanes chiitas libaneses capturaran y asesinaran a tres sirios que habían cruzado al Líbano. La situación se deterioró rápidamente y los proyectiles comenzaron a caer en territorio libanés, lo que provocó la intervención del ejército libanés.
Los enfrentamientos tienen lugar en una región considerada un bastión de Hezbollah, que, sin embargo, ha negado cualquier implicación en los choques. Las nuevas autoridades sirias acusan a Hezbolá de haber secuestrado y ejecutado a tres soldados sirios tras haberlos llevado a Líbano.
Paralelamente a la respuesta militar, Líbano ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos para restablecer la calma en la frontera. Los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países se reunieron en Bruselas para discutir un alto el fuego.
El nuevo gobierno sirio acusa a Hezbolá, aliado del derrocado presidente Bashar al Asad, de lanzar ataques y apoyar a grupos de contrabandistas.
El mes pasado las nuevas autoridades anunciaron una campaña en la provincia fronteriza de Homs para cerrar las rutas del contrabando de armas y mercancías.
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