La corte suprema de Brasil inició este martes las sesiones para dictar sentencia en el histórico juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro, quien se expone a más de 40 años de prisión acusado de intento de golpe de Estado contra Lula. El veredicto es esperado para antes del 12 de septiembre. Junto a Bolsonaro, son juzgados otros siete coacusados, entre ellos varios exministros y altos mandos militares.
Con Joan Royo, corresponsal de RFI en Brasil
Empezaron este martes en Brasilia las sesiones para dictar sentencia en el juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro y siete coacusados. La fiscalía acusa al exmandatario, de 70 años, de haber liderado una "organización criminal armada" que conspiró para asegurar su "permanencia autoritaria en el poder", a pesar de su derrota frente al actual presidente de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva, en las elecciones de 2022.
El juicio se lleva a cabo en un ambiente de mucha expectación. Nunca antes se había juzgado a un expresidente por intentar un golpe de Estado, ni se había sentado en el banquillo a altos mandos militares, ni siquiera después de la dictadura militar.
En el Tribunal Supremo, en Brasilia, se han reforzado las medidas de seguridad, pero de momento todo está en calma y no se prevén protestas ni incidentes. También estamos pendientes de si Bolsonaro acudirá o no al juicio, ya que parece que tenía intención de ir, aunque su equipo médico se lo desaconsejó.
Bolsonaro es juzgado junto a otras siete personas del considerado núcleo principal de la trama golpista: exministros del Gobierno y altos mandos de las Fuerzas Armadas.
La sentencia debe conocerse antes del 12 de setiembre, y todo apunta a que será condenado. Se sabe que, frente a ese escenario, sus aliados están apostando por una ley de amnistía en el congreso que impida que Bolsonaro vaya a la cárcel.
De momento este escenario es poco probable. Es un tema muy polémico que se arrastra desde hace tiempo y que, más allá del bolsonarismo, no acaba de contar con el apoyo de partidos de la derecha moderada y del centro, porque saben que divide al país.
En realidad, para Bolsonaro y su círculo la hipótesis más buscada y más factible es que el candidato de la derecha que le sustituya en las elecciones del año que viene se comprometa con aprobar una amnistía o con un indulto en caso de que sea presidente. En todo caso, condena ya se da por hecha.
Presiones de EEUU
Invocando una "caza de brujas" contra Bolsonaro, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso el 6 de agosto aranceles punitivos de hasta 50% para algunas exportaciones brasileñas.
Washington también ha adoptado sanciones individuales contra funcionarios brasileños, empezando por el controvertido juez Alexandre de Moraes, tras una activa campaña en Estados Unidos del hijo de Bolsonaro y diputado, Eduardo Bolsonaro.
Pero estas presiones no surtieron efecto hasta el momento.
Al contrario, el expresidente es ahora sospechoso junto a su hijo de obstruir el juicio y, debido a un "riesgo de fuga", Moraes ordenó esta semana una vigilancia policial permanente del acusado.
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