Bernie Sanders, el socialista más famoso de Estados Unidos, reunió el sábado a miles de seguidores en Los Ángeles para consolidarse como uno de los pocos opositores de la izquierda que se hacen escuchar frente al regreso a la Casa Blanca de Donald Trump.
"Ustedes son unos 36.000, la convocatoria más grande que jamás hayamos tenido", lanzó el senador de 83 años por Vermont, al sugerir que la multitud era mayor a la de sus mitines de 2016 y 2020, cuando buscaba la investudura demócrata a las elecciones presidenciales.
"¡Su presencia aquí pone muy nerviosos a Donald Trump y (su cercano asesor) Elon Musk!", dijo al público, al que congregó como parte de su gira denominada "Combatir la oligarquía". "Vivimos un momento en el que un puñado de millonarios controlan la vida económica y política de nuestro país", dijo Sanders, al estimar que la administración de Trump "lleva rápidamente a una sociedad autoritaria".
Algunos ven ahora al político, un eterno defensor de la lucha de clases, como un oráculo cuyas profecías se han hecho realidad. Sanders llenó el parque Gloria Molina apoyado por el cantante Neil Young y otras figuras. En la noche, Sanders hizo una aparición sorpresa en el festival de música Coachella donde saludó a miles de espectadores.
"Este país se enfrenta a muy grandes dificultades y el futuro de América depende de su generación", dijo a los jóvenes asistentes al invitarlos a "luchar de pie por la justicia". El senador Sanders espera impulsar a nuevos candidatos independientes a presentarse a las elecciones sin la etiqueta del partido Demócrata, cuya popularidad está en lo más bajo de las encuestas.
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