La virulencia de los incendios forestales en España ha desatado un debate sobre quién encendió la chispa de estos megafuegos. Las cifras indican que los pirómanos solo son responsables del 7% de los incendios investigados. Un ingeniero forestal recomienda una mejor gestión de las áreas rurales.
La violencia de los incendios forestales en España ha desatado un debate sobre el origen de las llamas. Mientras las detenciones de 32 personas por su presunta responsabilidad en estos incendios de gran magnitud alimentan el mito de los pirómanos, otras voces imputan los incendios al supuesto exceso de normas ambientales. La realidad es distinta, según ingenieros forestales y según cifras de las autoridades españolas que se basan en casos de incendios investigados entre 2006 y 2015.
“El 95% de los incendios en España tienen una causa humana. Detrás, solamente el 5% son naturales provocados por rayos”, recuerda Sergio Aguado, ingeniero forestal del programa de bosques de la ONG WWF España.
La ONG ambientalista, que evalúa año tras año los riesgos de incendios en informes, estima que el 53% de los incendios son intencionales. “El mayor porcentaje lo llevaría la quema para regeneración de pastos y la quema agrícola ilegal y abandonada. Y luego a todo aquello que hablamos de pirómanos, por ejemplo, que está en boca de todos y que sale mucho en los medios, corresponde solamente a un 7% de todos los incendios”, detalla Sergio Aguado
En cuanto a las negligencias, se trata por ejemplo de quemas agrícolas autorizadas que se salen de control, o chispas provocadas por maquinarias agrícolas. “Y las modificaciones del uso del suelo representan un porcentaje bajísimo de 0,37%”, concluye Aguado.
Por su lado, algunos agricultores arremeten contra las normas ambientales. Juan Metidiri, presidente del sindicato agrícola Asaj de Extremadura estima, en entrevista con el diario español El Debate, que los incendios son el fruto del “exceso de normativa y endurecimiento ambiental” que limita el desbroce de la vegetación, por ejemplo.
Sin embargo “solo el 1% de la superficie terrestre en España está bajo una protección estricta y el 99% de los espacios protegidos sí que permiten usos tradicionales y el uso de la silvicultura, es decir, sí que permiten todo este tipo de trabajos”, matiza el ingeniero forestal de WWF, Sergio Aguado, entrevistado por RFI.
“El problema es que se han perdido esa esos usos. Hemos abandonado el medio rural, Si no me equivoco, anualmente acumulamos en el monte 30 millones de metros cúbicos de madera y eso claro, pues al final ha generado mucho combustible [vegetal], sumado a la crisis climática y a las temperaturas tan extremas, pues ha hecho auténticas incendios explosivos”, comenta Aguado.
La ONG WWF recomienda apostar ya no solo por la extinción de los incendios forestales sino por la prevención. “Esa prevención se consigue con una gestión forestal del territorio con paisajes agroforestales en mosaico en los cuales tengamos pastos, ganadería y bosques bien conservados”, concluye Aguado.
Con cerca de 350.000 hectáreas calcinadas, los incendios de este verano en España son los peores en 30 años.
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