A poco más de 30 días para culminar la campaña electoral, los partidos políticos parecen no demostrar la motivación, energía, entusiasmo, algarabía ni fuerzas como en años anteriores durante este periodo de proselitismo, lo que ha generado en más de uno la percepción de que se trata de una campaña "fría". Pero ¿a qué se debe esto?

El 19 de mayo, República Dominicana celebrará sus elecciones presidenciales y congresuales para elegir presidente y vicepresidente, así como a 32 senadores y 190 diputados, que incluyen a 7 de ultramar y a cinco diputados nacionales. También se elegirán 20 diputados del Parlamento Centroamericano (Parlacen).

Para el politólogo Juan Miguel Pérez estas elecciones marcarán un antes y un después en la historia política dominicana. Sin embargo, su consideración no responde a aspectos positivos, sino que está sustentada en el "desinterés, desidia, apatía e indiferencia" ante lo que está sucediendo en la campaña electoral y el diario vivir de los dominicanos, asegurando que es una sensación pocas veces vistas.

Agregó que el pueblo dominicano ha venido viviendo desde hace décadas una serie de decepciones en el campo político, lugar donde se decide el destino común de la gente, especialmente de aquellos que tienen situaciones de origen, como la pobreza, la cual es la de mayor incidencia en el país, lo que conlleva una serie de decepciones encadenadas que producen en las personas un alejamiento, debido a que la clase política "pide el voto y una vez en el poder no retorna ese voto", es decir, no cumplen con lo prometido, en términos de una política pública favorable.

Pérez explica que en años anteriores, la política era más notoria, con niveles altos de participación y hasta enfrentamientos por parte de los simpatizantes de las organizaciones políticas.

“Antes había conflictos físicos entre partidarios de un candidato y otro. Cosa que en hoy día ha menguado, ya que las personas han priorizado otros temas por la falta de propuestas y monotonía de los candidatos”, sostiene.

Juan Miguel Pérez.

En ese sentido, Pérez detalla que los candidatos políticos están enfocados en el “faranduleo” y en vender su imagen más que en hacer política y dar a conocer sus propuestas, razón que considera la sociedad está decepcionada.

Los candidatos no venden sus propuestas sino su imagen. Como no tienen ideas y no les interesa tenerlas, los ves friendo huevos, cocinando, saltando y bailando, porque realmente la farándula es su interés.

Además, indica que cada vez más, la política dominicana es “mucho rostro” y en su defecto muy pocas o ninguna propuestas eficientes. Además, advierte que los candidatos son menos conocedores de los temas públicos y demuestran poco interés en las necesidades de la población.

Por otro lado, aduce que hoy, en la política dominicana, se vive casi una monarquía, porque los puestos electivos son ocupados por hijos, nietos, hermanos, o cónyuges de jerarcas en las organizaciones políticas, razón por la cual las personas se alejan del ámbito político.

Agrega que la sociedad no vota por una propuesta política “ya que no hay”, sino más bien por ejercer el sufragio como un "entretenimiento" o para garantizar puesto o un vínculo con una fuente de ingreso, así como contra el accionar de gobernantes salientes. Debido a esto, el candidato electo gobierna a su juicio -a su manera-, sin tener que agotar una agenda popular, "creyendo que esto fue por lo que el pueblo votó".

Asimismo, asevera que es posible que la falta energía de la oposición en la campaña es debido a que no tienen “una propuesta eficiente” que mostrar.

Sostiene que la oposición debe tener un discurso que compense la falta de recursos para que la fuerza de esas ideas pueda generar un impacto en la opinión pública.

“Pero nosotros tenemos una oposición que no tiene ningún discurso que presentar, porque vienen de 20 años en el poder sin resolver a la sociedad dominicana ningún problema básico, con una larga cola de corrupción y desprestigio. Es muy poco el tiempo para que las personas olviden lo sucedido durante esa gestión”.

Competitividad electoral ausente

De su lado, la politóloga Rosario Espinal explica que la campaña no tiene el interés que genera una campaña más competitiva porque “no hay una competitividad electoral”, ya que mientras que el gobierno está unificado, la oposición está dividida, y esto dificulta su avance.

En ese sentido, Espinal explica que en República Dominicana existe situación de relatividad entre una estabilidad económica y una inflación acumulada, asegurando que ese es el principal problema del gobierno.

De igual forma, manifiesta que la “incapacidad” de la oposición -PLD y FP- de resolver sus diferencias internas, desmotiva a sus militantes y le facilita al Gobierno la desarticulación de esta, atrayendo a los miembros de la oposición al oficialismo.

“Hay un fuerte transfuguismo que inició en el 2023 y continua aún más en 2024”, aduce la experta política.

Rosario Espinal.

Espinal destaca que la sociedad dominicana observa una división y desarticulación de la oposición, dando a entender un oportunismo político, desmotivándoles en términos electorales.

La falta de competitividad electoral, el predominio del Gobierno y la división de la oposición -PLD y FP- presentan un espectáculo político al electorado que no es muy motivador, por lo que la campaña se siente más fría.

Campaña en el 2020

En comparación con la campaña proselitista del 2020, Pérez explica que esta fue un “pico”, donde se vivió un momento de mucha efervescencia, se registró actividad política inédita tanto en la diáspora como en el territorio nacional, así como escenario de mucha agitación.

Mientras que, Espinal entiende que en el 2020, durante la campaña electoral, el hoy partido oficialista se mostró como anticorrupción y presentó a la oposición como corruptos.

Espinal indica que este tema, presentando en 2020, sigue vigente, pero sin motivación, ya que el elemento “anticorrupción” motivó a la clase media a acudir a ejercer el sufragio en ese año, pero ahora ese elemento es de menos motivación, debido a los casos de corrupción que no han sido judicialmente procesados y los del PLD que fueron llevados a juicio, aún están en el “aire”.