El complejo sistema electoral, con miles de precandidatos, es fácil de entender: propietarios de más de cien mil bancas de apuestas; traficantes de todo tipo de drogas; traficantes de armas de todos los tamaños y calibres para ser usadas en actos delictivos; lavadores de dinero sucio destinado a los mejores bancos nacionales y extranjeros; empresas constructoras sin escrúpulos para comprar buenas “licitaciones”…(Miles de aspirantes a senadores, diputados, alcaldes y regidores tienen, con capitales legales e ilegales, más que garantizados los recursos de sus campañas, sin importar partidos ni ideologías).