La sostenibilidad de nuestra gobernabilidad democrática requiere de decisiones de nuestro sistema político, que disminuyan nuestras persistentes brechas sociales que alimentan nuestras históricas desigualdades, para lo cual se hace imprescindible una reforma fiscal integral, que resulte del más amplio consenso de la sociedad dominicana.
Para que una democracia sea de largo aliento, su política económica debe ser coherente con el régimen democrático. Esto es que las políticas prioricen el apoyo a las actividades económicas con mayor capacidad de distribución y redistribución de la riqueza (empleo de calidad, mejores salarios, sostenibilidad ambiental, innovación, etc).
Por tanto, se requiere de una política fiscal cada vez más simplificada que estimule la formalidad; que aumente su progresividad, y eleve su eficiencia recaudadora. Así mismo, se necesita de una mayor claridad y transparencia en la política de inversión, de forma tal, que sea posible dar seguimiento a los nuevos recursos ingresados a las finanzas públicas.
Años de incumplimientos por sucesivos gobiernos han lesionado la confianza de la sociedad dominicana, pero la credibilidad obtenida por el actual Presidente constituye uno de los mejores bonos, con que acudir a un diálogo, amplio e inclusivo, en el escenario definido por la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, el Consejo Económico y Social, CES.
Hoy los diversos sectores de la sociedad dominicana cuentan con propuestas elaboradas para la defensa de sus intereses. Empresarios, académica, grupos populares, y el mismo Estado, por lo que, si bien es cierto que será imposible la unanimidad, será necesario construir un consenso en materia fiscal (recaudación e inversión) en el que todos y todas sientan, que esta reforma garantiza la financiación de un futuro promisorio en el que todos y todas estaremos incluidos.
Una política fiscal integral es un terreno novedoso para la sociedad dominicana, después de una larga historia de parches fiscales. Todos estamos aprendiendo de este proceso. Lo importante es tomar decisiones que trasciendan nuestros intereses particulares, en pos de un presente y futuro que garantice nuestra gobernabilidad democrática para todos los hombres y mujeres que habitamos esta hermosa media isla.
Relacionados