Este vacío existencial que llevamos desde que adquirimos "coherencia", que no "conciencia", y del que no terminamos de sacudirnos de un sablazo. Son los "intentos" del alma desesperada de salirse de este "impostor" llamado cuerpo, es decir, nosotros mismos… ¡Agárrense y latamos!
Dije coherencia, ya que la consciencia es lo que realmente somos. Pero no "esa consciencia" que solemos señalar, sino la que "realmente" es usted.
Vivimos en "esa" ambivalencia incomprensible, de la que no tenemos la más mínima idea del porqué; ¿por qué me siento así?
Dentro nuestro sentimos un llamado, "algo" que no encaja y que no termina de "cuadrar". Algo que nos dice, sin decirnos, "no eres real", eres una máquina, un medio…
Muchos tendrán una vida de película, es decir, la pasarán bien casi todo el tiempo, y solo se harán "la pregunta" de "la verdad de su existencia" en algunos momentos de dolo o soledad fortuita.
Pero para la mayoría de nosotros, ¡tarán! Las cosas no serán tan "hermosas". Los dramas serán constantes y eso nos mantendrá en una lucha eterna contra "la realidad" y "el más allá".
"Algo" nos susurra, nos insinúa, nos intenta alertar de que estamos viviendo una vida impuesta y programada. Por lo que percibimos toda la falsedad del asunto y "eso" nos produce estrés y demás síntomas de locura y esquizofrenia…
Un mundo de locos en el que cada uno de nosotros lleva "una carga" que no entiende y que nadie logra explicarle. ¿Por qué?
Nos tiramos en la cama, nos volvemos ermitaños, antisociales, amargados y enojones. Una falla en "la Matrix" que dejó abierta "una rendija" desde donde nos llegan "otros sueños"…
El alma atrapada en un chaleco de fuerza, el cuerpo, intenta sacar la cabeza por algún lado y "es allí" donde sentimos esa emoción que nos pone tristes, desamparados o en un limbo de incertidumbres.
Las circunstancias que nos pasan son "los métodos de enseñanza" que entiende el universo; tenemos que pasar y para "poder sentirlo" es necesario proveernos de un cuerpo de carne y huesos.
¡Un verdadero manjar reciclable además de un invento, indudablemente genial!
No tenga dudas cada vez que sienta "que algo" le está amargando la vida. ¡Es su verdadero yo intentando librarse de usted mismo! Una verdadera locura…
La próxima vez, permítame aconsejarle: mande su alma a la M y dígale que la deje gozar y sufrir, ya que para eso nos enviaron aquí, y que mucho ya tiene para también estar escuchando esa "mamá pegona" pegada en nuestra cabeza.
Ya tendremos tiempo de regresar al amor y al placer eterno; mientras tanto, que nos permitan gozar de este disfraz hasta que quede inservible, ¿o es que también quieren que se los entreguemos nuevecitos? ¡Salud! Mínimo Vaciero.
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