La noticia ha corrido bajito, insistente e inquietante, y quienes escuchamos y miramos sin hablar mucho estamos “chivos”. Quieren vender parte de la propiedad estatal y parte de la privada en la vieja Rahintel, hoy Antena Latina, el canal 7, a uno apodado El Fantasma.

El candidato es un mejicano llamado Ángel González, que llaman El Fantasma, y anda comprando canales por Latinoamérica, a pesar de su mala reputación. (Google)

Sucede que el derecho a operar un canal es de la exclusiva potestad del gobierno dominicano, quien administra y decide otorgar o no la operación de las ondas de transmisión; y ningún extranjero o testaferro de éste puede ser dueño de un medio en este territorio.

Los casos de Bahía de las Águilas y  de Barrick Gold son ejemplos de los malos negocios que permitieron o hicieron gobernantes con los bienes que el pueblo dominicano concedió para su administración.

Todos sabemos que el actual gobierno de Danilo Medina ha tenido que emplearse a fondo para rescatar parte de las riquezas mencionadas, las que fueron puestas en manos extranjeras, mediante actos anti-patrióticos y disfrazados de un progreso mentiroso.

Un nuevo conflicto se gesta con la mala propuesta de pretender vender el medio de comunicación Antena Latina a un extranjero de mala reputación, apodado El Fantasma.

El gobierno dominicano no debe permitir este acto y si los actuales propietarios de Antena Latina desean vender ese medio, que lo hagan a inversionistas criollos.

Cuidado, que un fantasma merodea por Antena Latina.