En el artículo anterior sentamos las bases para conocer la esencia de la propuesta del moderno sistema de pensiones por vejez justo y sostenible, auspiciada por Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la Fundación Juan Bosch y la Coalición por una Seguridad Social Digna. Veamos, pues algunos de esos elementos.
La moderna propuesta de reparto, simula cincos escenarios con supuestos moderados y realistas en referencia a proyecciones para población afiliada y cotizantes para personas mayor a 20 años de edad; incorpora tres escenarios sobre pagos a pensiones por vejez, para personas mayores de 60 años y, además, incluye dos alternativas en cuanto a tasa de cobertura de beneficios, una que mantiene constante las tasas de afiliación (cobertura A), otra que asume tasas de afiliación en aumentos, según el promedio anual de variación durante el período 2011-2021.
Por otra parte, el nuevo y moderno sistema de reparto propuesto, define una tasa de reemplazo del 70% sobre la remuneración imponible promedio percibida, para la población que a partir de los 60 años de edad ha cotizado por 20 años, distanciándose de manera considerable, en 191% por encima, del sistema de capitalización individual, que tan sólo asegura un tasa promedio de reemplazo de alrededor del 24 %, muy alejado de la tasa reemplazo de referencia de 45% que recomienda, como umbral mínimo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Hay otra importante diferencia entre el sistema de capitalización y la moderna propuesta de reparto, se refiere al tiempo de cotización necesitado para acceder a la pensiones; el esquema individualizado exige 30 años de cuotas mensuales, mientras que el moderno sistema social propuesto lo reduce a 20 años; es decir,120 meses menos, salta a golpe de vista la enorme diferencia con el regional y localmente cuestionado modelo de capitalización individual que demanda en República Dominicana , indefectiblemente, 30 años de cotizaciones para otorgar una pírrica tasa de reemplazo que apenas ronda el 24% del propuesto en la moderna propuesta de reparto.
En efecto, el modelo de capitalización individual vigente, ni remotamente, puede garantizar la tasa de reemplazo de referencia mínima definida por el OIT, ni siquiera lo puede lograr adicionando 120 meses al tiempo de retiro, como aspiran los negociantes del tiempo de vida, al pretender llevar la edad de retiro de 60 años (actual) a 65 años.
La aspiración de ADAFP y sus socios, ya fue observada, estudiada y liquidada en el año 2018 mediante un estudio matemático-actuarial realizado por el propio gobierno dominicano (cuadros No. 28 y 29, MEPyD, 2019) el cual demostró que, con dicha reforma paramétrica en la edad de retiro, apenas se obtendría una tasa de reemplazo de alrededor del 34.9%, en base al promedio del salario de los últimos 20 años. Esto quiere decir que, considerando la remuneración promedio nacional del segundo trimestre del al cierre del 2023(gráfico No. 8, ONE,2023), en el sector laboral formal para de una trabajadora femenina, ADAFP aspira postergar el disfrute jubilatorio de la misma por cinco años más, bajo la certeza de un pago adicional insignificante en su pensión, equivalente a RD$ 54.3 por cada hora adicional trabajada mas año de los 60 años de retiro. ¡Vaya mejoría en el nivel de pensión con la extensión de cinco años más de trabajo!
Cónsono con el moderno sistema de reparto propuesto, el informe de la Comisión Bicameral, rendido al Pleno del Congreso Nacional en meses recientes, reafirma la edad de retiro legal a partir de los 60 años de edad, y además, tienen también puntos coincidentes en lo relativo al enfoque de beneficio definidos; pero mientras el moderno sistema de reparto propuesto por la Coalición por una Seguridad Digna abarca todo el espacio previsional bajo dicho enfoque, la propuesta Bicameral lo restringe a servidores públicos, dejando corrida libre al enfoque individualizador, que ya está probado y estudiado genera tasa de reemplazo promedio deprimente para la mayoría de los pensionados y pensionables.
Otros positivos aportes de la moderna propuesta de reparto son: a) escala creciente de la tasa de reemplazo con incentivo explicito para que los afiliados prolonguen, más allá de los 60 años de edad pero de forma voluntaria, su estadía en el sistema para acceder a un mayor nivel de pensión; b) un piso básico de protección social que estaría beneficiando a personas mayores de 60 años que no alcanzan los meses mínimos de cotización obligatoria, y con la flexibilidad suficiente para transformarse en un pilar no contributivo, universal, con un nivel correspondiente al salario mínimo referido a la microempresas que actualmente alcanza los RD$13,685, un 37% superior que la pensión de mínima contemplada en el enfoque individualizador actual.
Por otra parte, con la tasa de reemplazo inicial de 70%, el moderno sistema de reparto sería capaz de ofertar una pensión promedio de RD$21.038, una pensión mínima garantizada en RD$18.702.00 y una a pensión máxima promedio situada en alrededor de RD$130.914, todas superiores a las que puede ofertar el actual sistema de capitalización individual
Los costos que implicaría la implementación de la propuesta, en sus pilares básicos y obligatorio durante el período 2025-2045, en promedio, sería 4.6 del PIB, por consiguiente, parece mostrarse manejable, y por tanto factible y sostenible su implementación, en primer lugar, por las contribuciones que aportaran los afiliados al sistema, que sería complementado con financiación por parte del Estado, aspecto este último al que volveremos en un artículo futuro.