Ya la semana anterior les habíamos contado sobre el Sahel, la línea gruesa de terreno que ocupa el límite entre el Desierto del Sahara y el Sur de toda África. Hablamos de sus recursos naturales, del tiempo que hace que por allí se movilizaban las poblaciones de esos lugares, y cómo se fueron movilizando a medida que se desecó y desertificó el Desierto. Las poblaciones migraron hacia el occidente y hacia el sur.

Cuando hablamos de las culturas del Sahel, nos referimos a las poblaciones y sus formas de desenvolvimiento social, sus relaciones de todo tipo, económicas, políticas, simbólicas. En nuestra sociedad se le tiene miedo a todo lo que implica la cultura en materia de relaciones económicas, políticas y simbólicas, por eso nos han hecho creer que la cultura está limitada a las manifestaciones artísticas, y a la antropología, ciencia social que estudia las culturas, la han mantenido relegada a la arqueología y al lamento por la pérdida de las culturas extintas de nuestra isla. Como la ciudadanía en su mayoría tiene tendencias hacia un determinado perfil sociopolítico e ideológico, por eso se hacen de cuenta como que eso no es el principal problema de la antropología en nuestra sociedad, mirando hacia otro lado o, como dicen, poniendo la basurita bajo la alfombra para que no se vea. No se ve, pero está ahí y seguirá ahí hasta que explote. Pero, a pesar de su relación directa, hoy no hablaremos del presente dominicano, sino del pasado del Sahel. 

Ya habíamos mencionado los territorios y países ubicados en el Sahel. Y ahora les contaremos sobre sus poblaciones. Mauritania es el país más occidental del Sahel con una población de 4,4 millones de habitantes, residentes principalmente en el sur y occidente del país, debido a que el 90% del territorio en el norte, se encuentra dentro de los límites del Desierto del Sahara. El nombre del país proviene de su origen bereber, que se ha mezclado con los árabes, a pesar de que la población es multiétnica: el 30% de la población pertenece a la etnia Beidán, o Moros Blancos, y el 40% corresponde a los Haratin, o Moros Negros. Eran poblaciones que vivían cercano a los cursos de los ríos Mali y Senegal, que al igual que el Nilo formaban oasis en sus deltas, lo cual promovía el desarrollo de la agricultura para el sustento de las poblaciones, que en otras ocasiones, tenían conflictos por el acceso a los recursos y la comercialización de animales de transporte, como los camellos y los caballos, en una zona que no brindaba las condiciones climáticas más óptimas para el asentamiento.

Si observamos el mapa del Sahel, le continúa en orden geográfico el territorio de Malí, que cuenta con características geográficas similares a las mauritanas. Su grupo étnico predominante es el Bambara, junto a su idioma, también los Fulani, Dogon y Tuareg, que si recuerdan ya los habíamos mencionado como antigua población de estos territorios. Estas poblaciones vivían de la producción agrícola del algodón, así como de la comercialización y el transporte de mercancías a través del Desierto, hacia los caminos de Tombuctú y Djenne, ciudad reconocida por su mezquita sudanesa. https://www.britannica.com/place/Mali

Otros grupos étnicos de Malí descienden de los antiguos imperios de Ghana y Shongai, cuyos fundadores son los Soninke que viven en la zona occidental del Sahel. También están los Senufo, Menianka, Bwa, Tukulor y Bozo. Históricamente estos grupos de poblaciones han tenido una vida nómada, pero en los últimos tiempos han desarrollado asentamientos permanentes. ¿Sabes cuántas lenguas se hablan entre estas poblaciones? Te invito a entrar a las páginas de la web para investigarlo. Si te fijas en los mapas de estos países, las fronteras son líneas rectas, algo poco común en las divisiones territoriales. Es porque son líneas divisorias impuestas por la colonización europea de estos territorios y poblaciones, que igualmente han influido en el establecimiento de sus lenguas oficiales, en especial el francés, y por lo cual los países africanos tienen la demanda en el presente de establecer para ellos fronteras étnicas, y no coloniales.

Otro país de la parte occidental del Sahel africano lo es Senegal, y la primera información sobre su cultura tiene que ver con la relación de su población hacia su entorno natural y sus recursos, siendo el territorio una frontera ecológica entre pastizales semiáridos a la orilla del mar, y la selva tropical al adentrarse al territorio. Por su rica y exuberante biodiversidad sus símbolos nacionales son el baobab y el león. Durante mucho tiempo la región fue parte de los antiguos reinos de Ghana y Djolof, y un importante nodo en las rutas de caravanas transaharianas. Luego sería la puerta de entrada de extraños que llegaban de Europa, ya sabemos a qué. En su mayoría, la población de Senegal pertenece a la etnia Wolof, una sociedad altamente estratificada, con nobleza hereditaria, altamente tradicional. Otros grupos étnicos presentes son los Fulani, los Serer, los Diola y Malinke. Los Wolof son mayoría y predominan en asuntos administrativos de Estado y comercio, lo que produce tensiones con los demás grupos que compiten por paridad de condiciones. A pesar de esas tensiones, los diferentes grupos étnicos cuentan con territorios y recursos específicos que definen sus actividades productivas y económicas, como la pesca y la agricultura, de acuerdo al lugar de asentamiento de cada población. En Senegal se hablan 39 idiomas, que incluyen el francés, considerado desde la colonización europea lengua oficial, y el árabe. Los idiomas autóctonos han sido divididos en dos familias lingüísticas: Atlántico, grupo de las más habladas, el wolof, serer, fula y diola, y ubicada hacia el occidente del territorio y Mande en la mitad oriental, incluyen el bambara y el soninke. Para mayor información sobre las creencias religiosas y otros detalles muy interesantes sobre la cultura de Senegal pueden consultar https://www.britannica.com/place/Senegal/Climate

Hablando de Senegal, y específicamente abordando la cultura, a pesar de que nuestra revisión es de la historia pasada, no es posible omitir en el pasado reciente del siglo XX la emergencia del Movimiento político social y cultural de la Negritud, iniciado por el poeta y político senegalés Léopold Sédar Senghor. El Movimiento de la Negritud resalta y visibiliza la experiencia de las poblaciones africanas y afrodescendientes frente a la colonización promoviendo la valorización de las culturas y la historia de las sociedades negras del África, frente a la imposición de los modos de vida y la visión etnocéntrica de los colonizadores europeos, en el caso de Senegal, los franceses. Este movimiento tuvo su representación igualmente en nuestras islas caribeñas, específicamente en Martinica, colonizada igualmente por los franceses, de la mano del poeta Aimé Césaire. Curiosamente, se nos haría a nosotros extraño tener que hablar de este movimiento, o de la Negritud en general, si es que no tenemos nada que ver con los negros, ni con la descendencia africana. ¿O será que le podremos echar un poco de coco a este tema, sobre la relación histórica, simbólica y cultural que tenemos en la Isla de Santo Domingo con la Negritud y la afrodescendencia? https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/senghor.htm. http://www.africainfomarket.org/esp/cultura/sectores/literatura/dossiers/001.php.

Níger es otro país ubicado en el territorio del Sahel: índice de desarrollo humano en 2016 de 0,353, cuarto país más pobre del mundo, “democracia” inestable, varios golpes de Estado en las últimas décadas. Por eso es mejor hablar de la historia lejana. Me pregunto, ¿será por el crecimiento de la población y la lucha por acceso a recursos la conflictividad entre los diferentes grupos humanos? ¿O será que hay más de avaricia y ambición de abundancia de algunos de esos grupos? El territorio de Níger contaba con una desertificación apenas incipiente cuando hace 90 mil años ya se evidencia la presencia humana, según los hallazgos arqueológicos de pinturas rupestres que muestran su vida basada en el pastoreo. La población dominante en tiempos antiguos era igualmente la tuareg que ya hemos mencionado. Pero ya luego los tuaregs fueron desplazados hacia zonas meridionales y en el territorio de Níger se estableció ya en nuestra era el Imperio Songhai, como una mezcla, desde el 800 a.C., de las etnias antes citadas y que formaban parte de estos territorios del África Occidental durante aquellos tiempos. https://descubrirlahistoria.es/2021/12/el-imperio-songhai-los-reyes-del-sahel/

El siguiente país en la franja del Sahel es Chad, territorio sin salida al mar que limita al Norte con el Desierto del Sahara y cuya región del norte forma parte del desierto, un centro semidesértico saheliano muy árido y el sur de paisaje subtropical y una muy fértil sabana. Se hablan más de 120 lenguas, pero las oficiales son el árabe, el francés y el sara. Debido a la extensión del desierto en la mayor parte del territorio, la densidad poblacional es muy baja, con 8 hab/km². De manera que la economía está basada en la agricultura, donde se produce algodón, se cría ganado y se produce petróleo. Las riquezas en flora y fauna, además de los beneficios de la estructura hidrogeológica del Lago Chad, hacen de este territorio una riqueza natural exuberante, pues tiene una de las mayores producciones pesqueras del continente, además de una rica fauna de grandes mamíferos, como rinocerontes, elefantes, hipopótamos, jabalíes, jirafas, antílopes, leones, leopardos y guepardos presentes en la sabana tropical. 

Al igual que los otros países del Sahel, Chad cuenta con poblaciones pertenecientes a diferentes etnias, idiomas y religiones, con una diversidad lingüística y cultural de significativa importancia para la región. Como ya hemos señalado, se hablan más de 100 idiomas y dialectos diferentes, pero que se encuentran clasificados en 12 grupos lingüísticos. A la diversidad de idiomas corresponde igualmente diversidad de grupos étnicos que se describen en estas páginas. ¿Te animas a investigar en estas páginas web cuáles son? https://www.britannica.com/place/Chad/Plant-and-animal-life

En orden geográfico, en el Sahel continua el territorio de Sudán, situado al noreste de África, limitando al norte con Egipto, al noroeste con el Mar Rojo, al sur con Eritrea y Etiopía y al oeste con Libia, Chad y la República Centroafricana. El nombre de Sudán proviene de la expresión árabe “bilad-al-sudan” que significa tierra de los negros, con cuya denominación los geógrafos árabes medievales se referían a los países africanos asentados en el extremo sur del Sahara. Si consultan sobre el territorio al sur de Sudán, se encontrarán con que hay otro país que se llama Sudán del Sur, esto como consecuencia de una división del país y sus poblaciones por la colonización europea. 

La población de Sudán es una combinación de africanos indígenas de lengua madre nilo-sahariana y descendientes de emigrantes de la Península Arábiga, lo cual influyó en la arabización del país y en la introducción de la religión musulmana. Y es que, desde la Antigüedad, Sudán ha sido escenario de interacciones entre las tradiciones culturales de África y las del mundo mediterráneo y arábigo, de tal forma que el Islam y el idioma árabe se entremezclan y logran predominio en el norte, como hemos visto en estos países del Sahel, mientras al sur predominan las culturas de las etnias africanas. 

Tomando en cuenta que Sudán se encuentra justo al sur de Egipto, recordaremos que el rio Nilo también recorre todo el territorio de Sudán. El Nilo entra al país como Nilo Blanco, al que confluyen y del que efluyen todos los cursos de agua de la zona, y manteniendo una leve pendiente se une al Nilo Azul, en Jartum, la capital del país, cuando baja de la Meseta Etíope, donde aporta gran parte de las inundaciones, que recordamos de la publicación sobre el Nilo. Las inundaciones del Nilo permiten el crecimiento de abundantes y ricos pastos que sustentan la ganadería. A pesar de las riquezas naturales del lugar, el sobrepastoreo y la sobreexplotación de recursos por el incendio de los pastos, han mermado significativamente sus aportes a la sostenibilidad socioambiental. 

Al igual que los otros países del Sahel, en Sudán existen poblaciones de diferentes etnias que se caracterizan por un idioma y religión comunes. A pesar de ser los árabes la etnia mayoritaria, no ha cohesionado a todos los grupos de su territorio, asentados en las zonas urbanas como están, bajo un supuesto origen común. Por el contrario, los grupos nómadas conservan mayor cohesión y organización en cuanto a sus relaciones sociales y económicas, ocupados en la cría y comercialización del ganado vacuno, ovino y de camellos. Existen grupos de agricultores sedentarios organizados en el grupo étnico de los Jalayin, con los Shayqiyyah y los Rubtab ubicados en el Nilo medio desde Dongola al sur, hasta Jartum. Las tribus nómadas pertenecen a la etnia de los Juhaynah, que abarcan a los Shukriyah, Kababish y Baqqara. Otros grupos étnicos no árabes, ubicados más al norte en Sudan y sur de Egipto son los Nubios, de una antigüedad de 4000 a.C. y no musulmanes, los Nuba, cultivadores de colinas en las montañas que lleva su nombre. https://www.britannica.com/place/Sudan/Plant-and-animal-life

La franja del Sahel termina en África en los territorios de Eritrea y Etiopía, a orillas del Mar Rojo. Dos países que han estado unidos, pero luego separados por los procesos de la colonización europea de italianos e ingleses. Etiopía tiene una larga frontera con Somalia al este en el cuerno de África, Yibuti al noreste, Sudán al oeste, Eritrea al norte y Kenia al sur. Su geografía está compuesta por una gran meseta dividida por dos amplias cadenas montañosas, atravesadas por el Valle del Rift. Al noroeste del país se encuentra el Lago Tana donde nace el Nilo Azul, afluente de mayor caudal del Nilo. El idioma oficial de Etiopia es el Amárico, pero se hablan también otras setenta lenguas, de las cuales las más importantes son el Tigriña y el Oromo, y por supuesto, como herencia colonial, el inglés. 

Según los datos consultados, Etiopia, o Aithiopia, era la denominación dada por los griegos a ese territorio de Nubia, Sudán, parte de Libia y la misma Etiopia, por el significado “el país de los rostros quemados”. Este país cuenta con otra peculiaridad, por su ubicación en el Valle de Rift. ¿Lo has escuchado mencionar alguna vez? ¿Conoces lo que se encontró allí?  Les daremos una pista: Lucy.

La experiencia de escribir estas publicaciones es muy enriquecedora. Es posible descubrir detalles y hasta grandes volúmenes de información que por alguna razón no conocemos, no conocíamos, y lo que es peor aún, consideramos que no es importante conocer, o que no nos sirve para mucho. Siempre he escuchado que el saber no ocupa espacio en la cabeza, pero sí que aporta amplitud en la visión sobre las cosas que vemos y vivimos en nuestra realidad de hoy en día. Ya ven lo curioso que es ver que el nombre que le ponían los griegos a los pobladores africanos estaba referido a la imagen que los hace diferentes a ellos. ¿No se preguntarán el por qué de esas diferencias? Qué tal si lo indagamos. Hay mucho todavía que aprender, y el Consejo Nacional de Educación sigue con su conflicto con el Ministerio de Educación por los contenidos. ¿Será que habrá incluido ya todo lo que les expongo?