En mi anterior artículo reseñé, en detalle, las biografías de los más conocidos y exitosos pioneros de la fabricación automovilística, como lo fueron Carl Benz y Henry Ford, mientras que el presente artículo lo dedico a reseñar la vida y aportes del idealista Preston Tucker, quien desde sus tempranos años de existencia mostró muy especial atención a la rama de mecánica, teniendo la vocación de concentrarse en producir un automóvil que se diferenciara de los vehículos que estaban en el mercado, pero que tuvieran componentes para mejorar la seguridad de los mismos.

En ese sentido, después de la Segunda Guerra Mundial, Tucker señaló que los miles de muertos que ocurrían cada año como consecuencia de los accidentes provocados por los vehículos de motor en las calles y carreteras debían reducirse y eliminarse casi por completo. Poniendo en práctica esos conceptos propios, Tucker construyó y puso en circulación su vehículo Tucker 1948, que tenía como característica de seguridad la inclusión de un farol iluminador en la mitad del frente.

Adicionalmente, otros relevantes aspectos de seguridad consistieron en que ese vehículo tenía fabricados sus parabrisas y ventanas con vidrio irrompible y también inastillable. Además, tenía frenos de disco en todas las ruedas. El pronunciamiento de Tucker responsabilizando a los fabricantes de vehículos de ser responsables por los accidentes en calles y carreteras causantes de miles de muertes de conductores y peatones por producir vehículos que no tomaban en cuenta asuntos de seguridad. Ese pronunciamiento molestó a las grandes compañías que producían vehículos: Ford, General Motors y Chrysler.

Como consecuencia de esa molestia, esos tres productores se unieron para poner en práctica esfuerzos conjuntos tratando de desacreditar a Tucker mediante campañas de prensa, tanto en contra de Tucker en términos personales como también contra el vehículo Tucker 1948. Esa campaña se radicalizó cuando los llamados “Tres Grandes” se enteraron de que Tucker había comenzado a vender acciones, procurando recursos financieros provenientes de dichas acciones para captar recursos de capital que le permitirían ampliar su volumen de producción y perfeccionar las características estéticas y funcionales de su vehículo Tucker 1948.

El Tucker 1948 incorporó avances como vidrio inastillable, frenos de disco y un farol central, mucho antes de que fueran estándar.

Para impedir que Tucker lograra su objetivo de captar capital, la Comisión de Bolsa y Valores, influida por los tres competidores de Tucker, emitió una resolución indicando que Tucker solamente podría seguir vendiendo acciones después que tuviese en existencia un alto número de vehículos completamente terminados y puestos en inventario. Ante esa incumplible resolución de la Comisión de Bolsa y Valores. Tucker continuó con su tarea de seguir vendiendo acciones, ya que esa incumplible decisión fue deliberadamente emitida para eliminar a Tucker como competidor de Ford, Chrysler y General Motors. Al no poder contar con capital suficiente para fabricar el alto número de vehículos y mantenerlos en existencia, es decir, sin poder venderlos, puesto que la resolución exigía que era para mantenerlos en inventario.

Con ese ambiente oficial en su contra, Tucker decidió continuar vendiendo acciones sin tener en existencia el número de vehículos que la resolución de la Comisión de Bolsa y Valores le exigía. Entonces la Comisión le dio un golpe mortal acusándolo de fraude a él y a todos sus colaboradores. Ante ese ataque de mala fe, Tucker se defendió en los tribunales, los cuales declararon inocente a Tucker y a todos sus colaboradores, resaltando que ellos no habían violado la ley.

Ante ese escándalo, que había puesto en duda la pulcra conducta personal de Tucker y también en términos empresariales, Tucker decidió declararse en quiebra y no continuar con sus valiosos e idealistas aportes, intentando fabricar un vehículo como el Tucker 1948 u otros, aún más perfeccionados, que era de esperar que contarían con otros sofisticados y exclusivos aditamentos de seguridad y también con innovadoras líneas estéticas que no eran parte de ninguno de los otros vehículos que estaban en el mercado en esos tiempos.

La intrépida e idealista vida de Tucker ha sido reseñada en la película “Tucker: Un hombre y su sueño”, producida por George Lucas y dirigida por Francis Ford Coppola. La mayoría de los aditamentos propuestos por Tucker han sido asimilados e incorporados a los vehículos que hoy en día son producidos en distintos países y por la totalidad de las marcas actuales.

Eulogio Santaella

Ingeniero

Ingeniero. Fue administrador del Consejo Estatal del Azúcar y embajador en Washington. Profesor universitario. Empresario.

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