Este es, a diferencia de su inolvidable pasado, uno de los países políticamente más aburridos del mundo. Fíjense: estamos en campaña electoral, a un mes de elegir, y ningún candidato eleva un discurso que trascienda el inmediatismo; ninguno de los cuarenta partidos que concurren, individualmente o en alianza, se define como de izquierda, derecha, socialcristiano o socialdemócrata; no hay federaciones obreras, campesinas y estudiantiles que concurran ni hay líderes que se manifiesten en el plano internacional…(Y lo peor: no hay un solo votante que exponga la razón de su voto, más allá de la simple simpatía personal).