En la entrega anterior señalábamos que cuando las ideologías, tanto políticas como religiosas, no son practicadas por personas con buena salud mental, esto genera problemas sociales tanto a nivel macro como micro; eso dependerá del número de personas involucradas.

En la actualidad, hemos sido testigos de los frecuentes conflictos que tenemos en la población general, producto del resurgir de las ideologías de la derecha e izquierda en América, y más cuando el seguimiento de estas ideologías lo hacen personas con poca formación académica, desconocimiento de la historia y capacidad crítica, porque terminan practicando lo que en la población sería “un fanatismo”, lo cual, desde la perspectiva de la psicología clínica, lo observamos en personalidades dependientes.

Como sabemos estos términos de lateralidad política, tiene sus raíces en la Revolución Francesa, al inicio del declive de las monarquías con la decapitación de Luis XVI, lo que luego da paso a la formación de una Asamblea Nacional propiciando que quienes están a favor del Antiguo Régimen de monarquía se sientan a la derecha y quienes defienden la instauración de un nuevo orden se sientan a la izquierda, es con esta contraposición espacial donde surge los “términos”, dando vida entonces a dos posturas que desarrollan marcos ideológicos opuestos, así se puede afirmar que la derecha es pensar que la mayoría de las desigualdades son naturales y, por tanto, el Estado debe hacer poco o nada por erradicarlas, mientras que la izquierda plantea más bien que la mayoría de las desigualdades están construidas socialmente y que, por tanto, el Estado debe asumir la responsabilidad de enfrentarlas.

Las figuras históricas más emblemáticas a nivel mundial, que nos permiten ver hasta dónde pueden llegar las desviaciones ideológicas, las podemos ver representadas en Europa por Stalin, Hitler, Oliveira Salazar y Mussolini, que por sus carismas, capacidad de sugestión e influencia en el discurso lograron cautivar a las masas y gobernar en sus respectivos países con posturas extremas que terminaron trayendo más bien que mal y que algunos llevaron a la humanidad al borde de la aniquilación practicando los actos más psicopáticos de todos los tiempos, como lo fueron los campos de concentración nazis.

En la actualidad, el resurgir de estas ideologías, personalizadas en una generación de hombres y mujeres diferentes a sus orígenes, con nuevos matices de pensamientos, ha estado, sin proponérselo, exacerbando la conducta violenta en la población civil, menos tolerante, como ocurrió en los Estados Unidos con el asesinato de Charlie Kirk.

Los ciudadanos en busca de una identidad se enfilan y toman partido con una de estas ideologías, las cuales, cuando son mal encauzadas, ponen los intereses personales y particulares por encima de los colectivos y del bien común, desencadenando controversias y contratiempos para los ciudadanos más vulnerables, los más sugestionables y los menos formados académicamente.

Para los psicólogos de hoy nos resulta muy interesante observar cómo en la actualidad estas tendencias políticas, de izquierda y derecha, inciden en la población, y vemos en las Américas cómo hay una tendencia evidenciada en los actuales gobiernos de El Salvador, con Bukele; Argentina, con Milei; Ecuador, con Noboa; y Estados Unidos, con Trump, por solo mencionar algunos.

Sobre este tema continuaremos profundizando en la próxima entrega.

Pedro José Vásquez

Psicólogo y educador

Pedro José Vásquez Castillo, M.A. Psicólogo clínico, profesor universitario, terapeuta familiar y de pareja. En los últimos años de ejercicio profesional se ha concentrado en PTSD, TCA y suicidios. Consulta privada en Hospiten Santo Domingo.

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