El estado de Delaware es considerado un paraíso fiscal tanto para ciudadanos estadounidenses como para extranjeros que deseen crear una sociedad allí. Con aproximadamente 2.2 millones de empresas registradas, no es precisamente un destino turístico popular, pero sí un lugar conocido por su protección legal, sus leyes favorables y su normativa tributaria que ofrece importantes ventajas a los contribuyentes.

Las características de paraíso fiscal se remontan a inicios del siglo XX, cuando el entonces gobernador de Nueva Jersey, Woodrow Wilson, puso fin a las políticas desregulatorias de su estado. Esto convirtió a Delaware —el segundo estado más pequeño de Estados Unidos— en el lugar más atractivo para fundar una empresa, gracias a sus ventajas fiscales.

“Dos de cada tres empresas del ranking Fortune 500 están constituidas en Delaware.”

Con un total de 2.2 millones de sociedades, muchas de capital extranjero y en ocasiones de origen cuestionable, Delaware ha sido escenario de importantes controversias. No es solo conocido por su tranquilidad y naturaleza: en 2016, se destapó uno de los escándalos financieros más sonados de la historia reciente, conocido como “los Panama Papers”.

Este escándalo reveló un entramado de millones de compañías offshore con un denominador común: la firma Mossack Fonseca, que operaba desde Panamá. Las filtraciones expusieron una estructura global utilizada para facilitar el soborno, la malversación de fondos, el desvío de capitales, el tráfico de influencias, entre otros delitos financieros.

La investigación salpicó a presidentes, primeros ministros y corporaciones multinacionales, dejando al descubierto la complicidad de varios gobiernos. En este contexto, el paraíso fiscal y legal que representa Delaware se convirtió en el epicentro de cuestionamientos internacionales, afectando incluso a administraciones presidenciales por la dimensión del escándalo y su sistema tributario altamente permisivo.

Mientras el sistema fiscal estadounidense es extremadamente riguroso a nivel nacional, Delaware se destaca por su permisividad. Entonces, ¿hasta qué punto esta nación, con un vasto conjunto de leyes impositivas, permite que un estado como Delaware se mantenga como un territorio excesivamente flexible en materia fiscal?

Muchos observadores consideran que Delaware no es más que un refugio lucrativo donde grandes corporaciones extranjeras evaden sus responsabilidades tributarias bajo un sistema legal garantista, que fomenta la impunidad mediante leyes diseñadas para proteger este tipo de prácticas.

Además, aspectos como el blanqueo de capitales encuentran en Delaware el respaldo político necesario para establecer operaciones comerciales dudosas. El estado ofrece un verdadero oasis legal donde empresas fantasma pueden operar sin la debida estructura jurídica, amparadas en leyes que promueven una confidencialidad casi absoluta.

¿Un paraíso? El escándalo de Panamá captó la atención mundial por la magnitud de los hechos y por los multimillonarios negocios que encontraron allí una manera eficaz de reducir sus obligaciones fiscales. Todo esto ocurre mientras, en la mayoría de los demás estados, los pequeños empresarios enfrentan pesadas cargas tributarias impuestas por el sistema.

Por ejemplo, en EE. UU., la tasa impositiva federal llega al 37 % para ingresos superiores a $609,000 anuales para individuos, además de los impuestos estatales adicionales que también se aplican.

Históricamente, se sabe que quienes desean ocultar la manera en que operan sus negocios buscan este tipo de sistemas permisivos. Sin la participación activa de los países y organismos internacionales, es imposible construir un sistema global que regule a las corporaciones que intentan esconder sus prácticas financieras poco éticas.

Lugares como Delaware siguen ofreciendo garantías fiscales a empresas de dudosa reputación, respaldadas por interpretaciones legales y jurisprudencia, pero sin un sistema global de consecuencias que ponga el necesario control.

Miosotis Ledesma de Jesús

Abogada y comunicadora

Miosotis Ledesma es abogada, comunicadora y trabaja en relaciones publicas,

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