En el funeral de la madre de Borges una dama coetánea y amiga íntima de la fallecida expresó en voz alta: "¡Qué pena que haya muerto a los 99 años y que no viviera un año más para alcanzar los 100 años!". De inmediato, Borges señaló: “eso puede implicar que ella no era partidaria del Sistema Métrico Decimal”.
En los círculos de tertulias de intelectuales de la época se comenta que mientras impartía una conferencia en Italia un imprudente periodista le preguntó: “¿Es cierto que existen caníbales en Argentina?” Borges le contestó: “tengan la certeza usted y todos los demás presentes que no hay caníbales en Argentina pues de los pocos que había hace mucho tiempo ya no queda ninguno pues nos los comimos todos”.
Jorge Luis Borges alcanzó alturas universales con sus escritos en prosa. Sin embargo su producción poética fue limitada en número. Uno de sus poemas más difundido se titula “Buenos Aires” y se refiere a sentimientos y conceptos controversiales respecto a la ciudad donde nació y vivió gran parte de su vida. El verso mejor ponderado de ese poema, de sentimientos encontrados, acerca de esa ciudad se cita a continuación:
“no nos une el amor sino el espanto, será por eso que la quiero tanto”.
En una ocasión mientras caminaba como un simple peatón en una famosa calle de Buenos Aires un transeúnte le dijo a un vendedor de periódicos: “ese es el famoso escritor Borges, sería interesante que lo saludaras”. El pibe voceador, dirigiéndose a Borges le preguntó: “¿Es usted Jorge Luis Borges?” recibiendo una única y lacónica respuesta: “¡A veces!”
En el caso de Ortega los estudiosos de la Filosofía y entendidos en la materia señalan que Ortega y Gasset es el más sustancioso filósofo de toda la historia de España y agregan que Ortega significa para España lo que representa Goethe para Alemania y lo que significa Rousseau para Francia y para los filósofos inspirados en los postulados de la universal Revolución Francesa. Ya para el 1914 Ortega desde el diario El Sol publicaba bajo la modalidad de folletones el más conocido y a su vez más difundido libro de su autoría titulado “La Rebelión de las Masas” y con el cual logró una gran influencia en la filosofía iberoamericana del siglo XX. En ese mismo formato de folletones y desde el mismo diario El Sol de Madrid, Ortega divulgó las líneas que constituyen una de sus más hermosas obras, aunque menos conocida por lectores legos, la cual tituló de las “Meditaciones del Quijote” en donde vierte su expresión filosófica más difundida, la cual es la siguiente: “yo soy yo y mi circunstancia”. Sin embargo, está expresión que ha sido la más divulgada, desafortunadamente ha venido siento incorrectamente citada a través del tiempo tanto en forma escrita como verbal, con su divulgación mutilada se ha dejado de expresar la parte final y más esencial de ella que resume la filosofía Orteguiana refiriéndose a la circunstancia: “Si no la salvo a ella no me salvo yo”. En su obra Meditaciones del Quijote la expresión completa puede leerse textualmente de la siguiente forma: “ Yo soy yo y mi circunstancia, si no la salvo a ella no me salvo yo”. En ese mismo sentido Ortega y Gasset dedicó algunos de sus escritos para definir las generaciones y también a diferenciar el término contemporáneo del concepto coetáneo. Igualmente, se le atribuye a este insigne filósofo español haber escrito: “¡Ay, si los jóvenes supieran. Ay, si los viejos pudieran!” Ortega también hizo críticas a un verso del poeta romántico Gustavo Adolfo Bécquer, en la obra de este autor, “Rimas LXXIII”, ese verso es: “¡Ay, que solos se quedan los muertos!” cuando en realidad según Ortega a su juicio la expresión correcta sería: “¡Ay, que solos nos quedamos los vivos!”.
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