Escribir un libro es una tarea fabulosa: el autor contribuye al enriquecimiento cultural de la sociedad, a la vez que demuestra su alto espíritu de solidaridad para el conocimiento de su pueblo. Por eso la trascendencia del libro “Médicos Dominicanos destacados en el siglo XX” de la autoría del Dr. Miguel A. Montalvo Batista. El título de la obra nos revela de inmediato un gran interés, puesto que es común -entre los profesionales de la salud y entre las personas de las diferentes clases sociales- tener siempre presente
en la vida cotidiana, a los médicos que se destacan por la calidad de su servicio y por su sentido humanitario.
El prólogo fue escrito por el Dr. Herbert Stern, reconocido historiador de la medicina y de los fundadores -igual que Miguel Montalvo- de la Sociedad Dominicana de Historia de la Medicina (SODOHISMED), para quien la publicación de este libro “es un enorme aporte” a la historiografía médica dominicana.
En la Introducción de la obra el Dr. Montalvo nos hace una importante referencia la situación de salud en nuestra Isla al momento del descubrimiento, la cual estaba a cargo de curanderos que utilizaban tizanas de hierbas y plantas, así como de los hechiceros que recurrían a los dioses para sus curaciones. Luego, el autor hace una hace una importante relación a la evolución de la medicina dominicana, desde el descubrimiento hasta los inicios del siglo XX, sobre lo cual -debemos reconocer- la bibliografía es escasa.
Para adentrarnos en su libro con entusiasmo e interés, el autor nos refiere que en los inicios del siglo XX “los presidentes de la República se sucedían uno tras otro con meses y en ocasiones días en el cargo, lo cual trajo como consecuencia que el país no lograra avanzar en su desarrollo económico, político y social.” Para entonces las principales ciudades eran Santo Domingo, con apenas 17,000 habitantes; Santiago, Puerto Plata, San Pedro de Macorís, La Vega, Azua y Monte Cristi, con una población de 10,000 a cinco mil habitantes. “Estas ciudades -nos aclara el autor- eran verdaderas aldeas de características rurales. Prácticamente todas las viviendas carecían de servicios de agua potable y disposición de excretas, por lo que la salud era muy precaria”.
Para darnos una visión adecuada y certera de la situación de salud en la República Dominicana de inicios del siglo XX, Montalvo nos dice que “En ninguno de esos pueblos con excepción de Santo Domingo, existían instalaciones hospitalarias de importancia, sólo pequeños establecimientos o consultorios, atendidos generalmente por personal no profesional, en los que se ofrecía atención primaria, razón por la cual casi todos los médicos graduados preferían establecerse en Santo Domingo, porque además de la capital comercial contaba con centros hospitalarios de cierta importancia, entre los que se encontraban la Casa de Beneficencia (futuro Hospital Padre Billini), la Casa de Salud y Asilo de Dementes (Manicomio) y el Hospital Internacional fundado y dirigido por presbiterianos evangélicos de Norteamérica.”
“A medida que la ciudad crecía y surgía una clase socioeconómica de mayor nivel -nos aclara el autor- también se presentó la necesidad de crear nuevas instalaciones de salud para ofrecer atención a quienes no deseaban asistir a los hospitales públicos, por lo que empezaron a surgir las clínicas privadas.” Entre las clínicas más antiguas y destacadas, conocidas por el apellido de sus fundadores, se encuentran: Abreu, Záiter, Abel González, Betances, Rodríguez Santos, Dinzey, Alcántara y González, Yunén y Gómez Patiño”. Precisamente con las biografías de los fundadores de estas clínicas se inicia el desarrollo del libro “Médicos Dominicanos Destacados en el Siglo XX.”
La valiosa investigación del Dr. Montalvo nos entrega la biografía de los médicos destacados de Santo Domingo; en total son veintinueve, entre los cuales: Salvador B. Gautier, Fernando Arturo Defilló, Darío Contreras, Luis Eduardo Aybar, Heriberto Pieter, Francisco Moscoso Puello, Héctor Read Barreras, Asela Morel, Juan Manuel Taveras Rodríguez y un grupo más de consagrados médicos con ejercicio en Santo Domingo, los cuales dejaré a su interés y curiosidad cuando tengan en sus manos esta obra.
El Dr. Montalvo hace un singular estudio, el cual consideramos como la parte más valiosa del libro: se trata de los médicos más destacados del siglo XX en el Cibao, en el Este y en el Sur. La medicina dominicana se apoya en las actividades de estos consagrados galenos, los cuales ejercieron, digámoslo claramente, “a mano pelá”. Ellos son los verdaderos héroes de la medicina dominicana; los forjadores cotidianos de un ejercicio médico con el objetivo fundamental de sanar y servir; en muchos casos sin recibir pago monetario, sino un pollo, un chivo, víveres o frutas o el agradecimiento que expresaban en sus oraciones a Dios y/o a la Virgen de la Altagracia. Entre esos médicos inmortalizados en la memoria de la población se encuentran en Bonao, Luis María Peña Dicent (único sobreviviente de los 86 médicos destacados del siglo XX seleccionados por el Dr. Montalvo); en Cotuí, Ramón Antonio Paredes Robles; en Dajabón, Ramón Adriano Villalona Calderón; en Jánico, Domingo Antonio Fernández; en La Vega, Luis Manuel Morillo King; en Mao, Agustín Rodríguez Cabral y Rafael Rodríguez Colón; en Moca, los hermanos Carlos María y Antonio Francisco Rojas Badía; en Salcedo, Miguel Canela Lázaro; en Montecristi, Juan Enrique Kunhardt; en San Francisco de Macorís, Carlos Antonio Rojas Lara, Rafael Ortega González y Reynaldo Almánzar; en Sabanera Juan Ricardo Canalda; en San José de las Matas, Rafael Morillo Burgos y Gilberto Antonio Jiménez González; en Samaná Leopoldo Pou Pereyra y, para finalizar con los médicos pioneros del Cibao, los que ejercieron en Santiago: Juan Arturo Grullón, Ramón de Lara, José Antonio Corominas Pepín, Salomón Jorge, Humberto José Cantizano Arias y Juan de Jesús Jiménez Almonte.
De igual manera el Dr. Montalvo incluye los médicos destacados en el siglo XX en la Región Sur y en la Región Este, pero, me abstendré de mencionarlos, para dar oportunidad a que puedan saciar su interés en la lectura directa de la obra.
“Médicos Dominicanos destacados en el Siglo XX” de la autoría del Dr. Miguel A. Montalvo Batista, es una obra que se mantendrá de manera permanente en la consulta de todos los estudiosos de la historia de la medicina dominicana. Esta es una investigación que se realizó con profunda intensidad y con numerosos viajes por toda nuestra geografía y que, de seguro, marcará un hito en la historiografía médica de nuestro país, pues se trata de un estudio profundo, que revela cómo fue construyéndose paso a paso, la medicina dominicana, gracias a la consagración y el desvelo de muchos médicos, algunos de los cuales sus nombres no trascienden fuera del lugar de su sacrificado ejercicio profesional, pero que, a partir de la puesta en circulación de esta obra, tendrán, a nivel nacional e internacional, el reconocimiento inconmensurable de su ejercicio profesional.
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