Los materiales raros, también conocidos como tierras raras o minerales críticos (RRE – Rare Earth Elements en inglés), son un conjunto de 17 elementos químicos que incluyen el escandio, el itrio y los lantánidos. A pesar de su nombre, no todos son escasos en la naturaleza, pero su extracción y refinamiento son complejos y costosos. Su definición no es fija, ya que depende del contexto económico y tecnológico; lo que hoy es considerado un material raro, puede dejar de serlo en el futuro si se encuentran nuevos yacimientos o sustitutos.

A nivel global, no hay un desabastecimiento general de estos materiales, pero existen restricciones en su acceso y disponibilidad debido a cuestiones geopolíticas, ambientales y tecnológicas. La concentración de la producción en unos pocos países genera vulnerabilidad en la cadena de suministro.

Los materiales raros son fundamentales para la fabricación de tecnología de punta como semiconductores, baterías, imanes, turbinas eólicas, paneles solares y dispositivos electrónicos. Sin ellos, la transición hacia una economía más sostenible sería imposible.

En los últimos diez años, el interés en estos materiales ha crecido exponencialmente debido a la transición energética hacia fuentes renovables, el auge de los vehículos eléctricos y la dependencia de unos pocos proveedores mundiales, lo que ha generado preocupaciones estratégicas en Occidente.

A nivel internacional, los materiales raros están dominados por pocos actores. Primero la China que controla alrededor del 60-70% de la producción mundial y casi el 85% del refinamiento. Ha utilizado su dominio como herramienta geopolítica, limitando exportaciones en momentos estratégicos. Segundo los Estados Unidos que busca recuperar su capacidad de extracción y procesamiento para reducir su dependencia de China. Y finalmente la Unión Europea y otros países como Australia, Canadá y Brasil que están impulsando políticas para diversificar el suministro y fomentar la exploración interna.

Actualmente, la discusión sobre los materiales raros en la República Dominicana está en una fase inicial. Aunque hay indicios de que el país podría tener reservas de estos minerales, aún no se han identificado yacimientos significativos en explotación. La falta de exploración e infraestructura minera especializada son retos importantes.

Si se descubren materiales raros en la República Dominicana, su explotación dependerá de varios factores. En primer lugar, será fundamental contar con un marco legal claro y sostenible que regule las actividades de extracción. Además, se necesitará una inversión significativa, tanto extranjera como local, para desarrollar la industria y garantizar el acceso a la tecnología adecuada. También hay que considerar que desde el descubrimiento hasta la explotación pueden transcurrir entre cinco y quince años, debido a los procesos de exploración, permisos y desarrollo de infraestructura. Por último, es crucial evaluar el impacto ambiental y social, ya que la extracción de estos minerales genera residuos tóxicos, lo que hace necesarias regulaciones estrictas para minimizar los riesgos.

En conclusión, los materiales raros juegan un papel crucial en la economía global y su disponibilidad es un tema estratégico para muchos países. La República Dominicana podría tener una oportunidad en este sector, pero antes de explotar cualquier recurso, es fundamental desarrollar un marco legal adecuado, evaluar el impacto ambiental y garantizar que la explotación beneficie al país en su conjunto.

Armand Toonen

Director Ejecutivo del Holland House Caribbean. Consejero Independiente

Armand Toonen, PDEng MSc CPIM MBA, es actualmente Director Ejecutivo del Holland House Caribbean, Consejero Independiente e inversionista. Armand tiene treinta años de experiencia en multinacionales de clase mundial que operan en servicios financieros, telecomunicaciones y alta tecnología en Europa, América y Asia. En la Republica Dominicana trabajo como Vicepresidente en Orange, AGL, Banco Santa Cruz y Altice. Historial comprobado como CEO, CCO, CMO, COO, CSO y consultor. Experiencia en “growth hacking” mediante redefinición de estrategias, transformación (digital), fusiones y adquisiciones y creación de equipos de alto rendimiento. Armand tiene un doctorado y varias maestrías en administración de empresas, ingeniería industrial y logística. Se preparó entre otros en Harvard Business School y Hemingway para el rol de consejero. Ex miembro del Programa de Liderazgo Global de Vodafone.

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