Es grato verte
en cada rostro humano,
en los descubrimientos de las ciencias,
en los gestos solidarios,
en los contextos inconclusos,
en los humildes y veraces,
en el trajín de los buzos.
El Señor se hace visible
en las olas del mar,
en los rayos del sol,
en la arena de la playa,
en el canto de las aves,
en la inmensidad del Cosmos,
en el movimiento de las naves.
Gracias, Señor.