Los organismos multilaterales fueron creados como fuerza de equilibrio político en la política internacional después de finalizar la Segunda Guerra Mundial. Muchos de ellos evidencian en la actualidad una crisis que afecta el cumplimiento de los preceptos y fines que les dieron origen.

Sin embargo, muchos de estos espacios no son de naturaleza política: están relacionados con el desarrollo de la cultura, salud, economía, infancia, finanzas y la agropecuaria.

Instituidos en aquellas difíciles circunstancias para la humanidad durante la posguerra, las instituciones multilaterales jugaron un papel preponderante en aquella circunstancia llena de conflictos y necesidades en un mundo destrozado por los enfrentamientos bélicos que involucró, principalmente, a las grandes naciones.

Si bien es cierto que estos espacios globales o regionales tenían la misión de integrar como miembros a nuestras naciones con derecho al voto o al veto, no es menos cierto que las grandes potencias tenían, y tienen aún, un mayor nivel de influencia en las decisiones de sus asambleas generales o centros de toma de decisiones.

La crisis y la presión política han marcado sensiblemente sus aspiraciones de ser un ente de imparcialidad frente a los disímiles intereses de los países integrantes.

La República Dominicana no debe olvidar jamás, que siendo ella miembro de la OEA, este mismo organismo justificó el golpe de Estado contra el profesor Juan Bosch en el año 1963. Dos años después de este lamentable hecho, este propio espacio multilateral dispuso la invasión de 1965, impidiendo, de esa manera, que el pueblo en armas hiciera posible el retorno a la constitucionalidad, con la reposición en el poder del primer gobierno democrático posterior a la dictadura de Trujillo.

Esta fue la razón, y no otra, que llevó al pueblo dominicano a movilizarse en las calles para que durante los preparativos de la celebración de la Asamblea General de la OEA en la República Dominicana (del 13 al 15 de junio del 2016), el señor secretario general de la misma tuviera que pedir perdón a nuestro país por el tan bochornoso hecho que ha quedado como una mancha en la historia.

Cabe destacar que el propio presidente de turno en el Estado, en aquella ocasión, apoyó al pueblo en su reclamo, logrando que el máximo representante de aquel organismo pidiera perdón públicamente, noticia recogida por todos los medios de comunicación. A mí me tocó ser parte de ese movimiento cívico, en representación de la UASD, como vicerrector de extensión por segunda ocasión.

Rafael Nino Féliz

Educador

Nacido en El Cachón, Barahona. Graduado de Licenciado en Educación con mención en Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD. Se desempeñó como técnico de varios departamentos del Ministerio de Educación. Director de Organización de la Oficina de Desarrollo de la Comunidad (ODC). Director de la Dirección de Bienestar Estudiantil; Tesorero General y dos veces Vicerrector de Extensión. Actualmente docente en las cátedras de Teorías y Crítica de la Literatura y Letras Básicas. Ha publicado más de diez libro de poesía.

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