Empezaré diciendo, y es importante hacerlo, que como articulista de este medio, desde el 24 de julio del 2019, solo me he referido en mis escritos a la academia en muy pocos trabajos y, cuando lo he hecho, siempre ha sido para referirme a su condición de niveladora social del país, historia y compromiso con la nación.

En esta ocasión, creo pertinente abordar un asunto cardinal para la universidad. Es el tema de la calidad de vida de miles de profesores y servidores administrativos de la institución, el cual impacta también en sus familias, dimensionándolo sociológicamente y complejizando aún más el problema.

En los tiempos más difíciles para la UASD, que fue el período del Gobierno de los 12 años, la universidad del Estado estuvo entre las tres más importantes instituciones que tenían mejores niveles salariales y condiciones laborales. Las otras dos entidades eran Codetel y la CDE.

Si comparamos los salarios de los funcionarios medios del Gobierno y del sector privado, nos daremos cuenta de que la universidad se quedó atrás en los salarios. Un profesor con categoría de adjunto, devenga un salario bruto de RD$160,000 pesos mensuales con más de 40 horas de docencia semanales.

Frente a una crisis y un manifiesto desencanto por el bajo salario –hace cerca de 30 años– la UASD aumentó doblemente la carga académica a cambio de un incremento de un mejor salario, perdiendo los profesores, con esta decisión, su alegría y libertad. La carga académica es altamente excesiva.

La UASD se acostumbró al pedido o justo reclamo de aumento salarial por parte de nuestros gremios; nunca diseñó, elaboró ni ejecutó un proyecto contentivo del bienestar de sus servidores, visto a presente y a futuro, el cual pudo haberse discutido -desde hace décadas- con el Gobierno y los técnicos de ambas instituciones.

La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en el ejercicio de una autonomía responsable, –puede y debe– crear un sistema meritocrático de incentivos para sus servidores docentes y administrativos. “Este es un tema de motivación humana en el trabajo”.

Rafael Nino Féliz

Educador

Nacido en El Cachón, Barahona. Graduado de Licenciado en Educación con mención en Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD. Se desempeñó como técnico de varios departamentos del Ministerio de Educación. Director de Organización de la Oficina de Desarrollo de la Comunidad (ODC). Director de la Dirección de Bienestar Estudiantil; Tesorero General y dos veces Vicerrector de Extensión. Actualmente docente en las cátedras de Teorías y Crítica de la Literatura y Letras Básicas. Ha publicado más de diez libro de poesía.

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