Tal y como están hoy día los aranceles impuestos por Donald Trump, estos perjudican muchísimo a las zonas francas dominicanas, ya que sus productos ahora pagan un 10% de arancel al llegar a Estados Unidos y los mexicanos están totalmente exentos. Originalmente Trump había gravado con un 25% todas las exportaciones mexicanas, pero dos días después, el gobierno mexicano y Trump negociaron exonerar de ese 25% a todos los productos abarcados por el Acuerdo de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá y que ascienden, cumpliendo las definiciones de origen, alrededor de un 50% de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos. Esos productos casi todos son confeccionados por las maquiladoras mexicanas, mecanismo equivalente a las zonas francas dominicanas. A cambio de esa eliminación Trump logró gravar a los automóviles, el acero y el aluminio mexicano con un 25% logrando así un arancel promedio ponderado para todas las exportaciones mexicanos de un 17%. En el caso dominicano y también de los países centroamericanos miembros del DR-CAFTA, el arancel del 10% impuesto por Trump, violando ese acuerdo, abarca las exportaciones de zonas francas. El miércoles pasado cuando Trump pospuso por 90 días los aumentos en los aranceles, (excepto los que gravan a China) mantuvo el arancel cero a las exportaciones mexicanas bajo su Tratado de Libre Comercio con Washington y Canadá.

La República Dominicana tiene que negociar un arancel cero para los productos de nuestras zonas francas. No pensamos que deberíamos hacerlo junto con los centroamericanos pues tienen problemas bilaterales con Washington: el tema del Canal de Panamá, las concesiones a Huawei por parte de las telefónicas costarricenses, los problemas políticos en Nicaragua y Honduras y el complejo tema de la migración y las drogas.

Pero aun negociando bilateralmente y dado el estilo con que opera Trump, quien solo quiere dar a cambio de recibir, luciría que pediría algo a los dominicanos para resolver lo de las zonas francas. Ya en el caso de Ucrania está pidiendo sus tierras raras, así como recursos naturales en Groenlandia. Esperamos no sea el caso dominicano. Por cierto, esas tierras raras siguen hacia Haití en la frontera y tal vez eso podría por fin dar una razón al presidente norteamericano para eliminar las bandas terroristas en Puerto Príncipe. ¿Nos pediría algo en el área de la migración y los servicios? Por otro lado, nuestro azúcar, nuestros cigarros y nuestro ron pagarán dentro de noventa días un 10% al llegar a Estados Unidos para beneficiar a los productores en ese país de remolacha, caña, cigarros y bourbon. Los americanos tendrán que pagar más por el café y los chocolates, no importa su origen.

Lo único positivo hasta ahora para nosotros de la cambiante e impredecible política de Trump es la fuerte reducción en los precios internacionales del petróleo lo cual está reduciendo ya los subsidios de nuestro gobierno al sector eléctrico y automovilístico. Pero, si como se pronostica, las acciones de Trump provocan una recesión en su país y tal vez en el mundo, tendríamos menos turistas, pues muchos pospondrían sus viajes por lo que han perdido en la Bolsa. Una devaluación del dólar también perjudicaría a países como el nuestro que estamos en la zona del dólar.

Tal vez como parte de la negociación bilateral entre Trump y Claudia Sheinbaum es que nos llega la noticia de que Estados Unidos planea atacar desde drones a los cárteles criminales de México, una acción unilateral. Ya previamente Trump había designado a seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. ¿Por qué no hace lo mismo con los terroristas haitianos y los ataca con efectividad, sin colocar a soldados americanos tocando la tierra haitiana?

Todo esto me recuerda una frase de Tucídides, famoso griego y padre de la historia por su narración sobre la guerra del Peloponeso: “Los fuertes hace lo que se puede hacer y los débiles sufren lo que tienen que sufrir”.

PD. Dado lo impredecible de las acciones de Trump queremos mencionar que este artículo fue terminado de escribir el jueves 10 de abril al mediodía.

Bernardo Vega

Historiador, economista

Economista, historiador, autor de decenas de libros. Impenitente columnista, fue gobernador del Banco Central y embajador ante la Casa Blanca. Ex director del periódico "El Caribe" y de la revista "La Lupa Sin Trabas". Actualmente es presidente de la Academia Dominicana de la Historia.

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