“Y si pudo inconsulto caudillo de esas glorias el brillo empañar, en la guerra se vio en Capotillo la bandera de nuevo ondear”.
“Y el incendio que atónito deja de Castilla al soberbio León, de las playas gloriosas le aleja donde flota el cruzado pendón” (Extracto del Himno Nacional escrito por Emilio Prud´homme)
Estos párrafos iniciales reproducen las séptima y octava estrofas de nuestro Himno Nacional, hacen referencia al grito de Capotillo que marcó la Restauración de la República, gesta patriótica fundamental del retorno a la Independencia y libertad perdida con la anexión a España.
La ausencia de una enseñanza integra del Himno Nacional en nuestro sistema educativo y nuestra sociedad está vinculada a la invisibilidad de la Restauración como hecho patriótico trascendente. Algunos de los elementos que explican este vacío son:
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La enseñanza de la historia como hechos aislados favorece a su desconexión de la construcción de pensamiento crítico con miradas a procesos colectivos y no a hechos aislados.
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El desconocimiento de la Restauración favoreció a los intereses hispanizantes de las elites de poder en las dictaduras de Trujillo, Balaguer, gobiernos subsiguientes y el actual, negadores de nuestras raíces afrodescendientes y de la mirada a España como invasora y colonizadora por segunda vez contra el pueblo dominicano.
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La ideología antihaitiana promovida por determinados sectores ha utilizado la distorsión del conocimiento de nuestra historia desde la reducción a la ocupación de Boyer-Haití en 1822 como única negándose así la anexión a España y las dos ocupaciones de Estados Unidos en dos ocasiones, acompañada de las luchas de nuestro pueblo contra las mismas.
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Invisibilidad del liderazgo de mujeres y hombres de origen campesino y afrodescendientes como ocurrió en la Restauración como: Gregorio Luperón, Benito Monción, Santiago Rodríguez, entre otros (as).
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Invisibilización del apoyo del pueblo haitiano a la Independencia (1844) y con mayor fuerza en la Restauración.
La Restauración debe ser una prioridad en la enseñanza de la historia con énfasis en el rol protagónico de nuestro campesinado con liderazgos de mujeres y hombres afrodescendientes y pobres. Esto favorece a desmontar la visión errónea del patriotismo que nos han inculcado en la educación dominicana que niega su carácter colectivo y la interacción en esos procesos históricos entre el pueblo haitiano y dominicano en la búsqueda de libertad y autonomía contra el autoritarismo.
Se hace necesario hoy más que nunca enseñar otra historia en las aulas. Convertir los espacios de aprendizaje en historia viva desde las comunidades y la juventud, dándole al estudiantado rol protagónico de construcción de pensamiento crítico desde una perspectiva de inclusión despojada de discriminación, racismo y exclusión.
Este articulo fue publicado originalmente en el periódico HOY
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