República Dominicana y su gobierno tienen en la agenda una complicada colección de temas difíciles. Por ejemplo, la gestión que se inició en  Washington sobre los aranceles del 10% que nos imponen los Estados Unidos; la muy compleja cuestión de Haití que puede derivar en un conflicto internacional como advirtió el ministro Roberto Alvarez; y también el impacto negativo en la economía de Europa y América de las políticas del presidente estadounidense.

Merece mucha atención además, el efecto negativo que estos asuntos pueden tener en nuestro sector turismo y su importante aporte a la economía, porque la inflación y las tensiones en Estados Unidos, Canadá, Europa y América Latina, podrían provocar una reducción notable en las llegadas de turistas; y también en las remesas que son dos ingredientes que operan como importes soportes de la estabilidad y el crecimiento económico.

Las vacaciones, las compras en bienes prescindibles y los viajes turísticos, son las primeras víctimas de la inflación, las tensiones sociales y las interrogantes sobre el futuro inmediato y el curso que pueden tomar los acontecimientos en un mundo en el que, desaparece el diálogo, crece la confrontación y se aleja el entendimiento entre las potencias y las principales economías.

El viciado ambiente internacional comenzó a tomar forma en enero y ya Estados Unidos está recibiendo los primeros golpes. Registró una reducción del 10% de las llegadas de turistas en marzo. Las reservas de vuelos desde Canadá se redujeron en un 70% hasta septiembre, y el turismo europeo un 25%. Lo hoteles han bajado un 11% las tarifas.

Estas realidades nos advierten que el escenario para nuestro país es delicado, por el ambiente internacional complejo. Las maromas que se están produciendo más allá de nuestro pequeño mundo son infinitamente más complicadas,  y podrían crear un ambiente difícil para una de las principales columnas de la economía que es el turismo.

Hasta ahora hemos salido muy bien “parados” de este ambiente convulso, pero el baile apenas ha comenzado, y el riesgo es que la velocidad de los giros en la pista, nos maree y descuidemos aspectos importantes para el país,  como el cuidado de nuestra imagen internacional,  nuestra fama como lugar tranquilo y acogedor; desatendamos los pequeños y a veces preocupantes temas pendientes en los destinos turísticos y bajemos el dinamismo de la promoción internacional.

Desde nuestras regiones turísticas llegan gritos de alerta. La lista de pendientes en Punta Cana (“la joya de la corona”) es abultada; la semana pasada vimos el grito del alcalde de Las Terrenas en Samaná (comunidad agobiada y amenazada por el descuido del suministro eléctrico), y esta semana llegó el clamor del alcalde de Cabarete acompañado de un recuento de pequeños problemas que sumados son un pesado bulto difícil de cargar.

El ambiente internacional plantea un gran reto. Es un tema de pronósticos reservados. Es para aprovechar al máximo y dedicarnos a cuidar lo que ya somos y tenemos. Para no perder nuestra positiva y buena imagen. No la deñemos. No por casualidad o maroma del destino, tenemos hoy la histórica visita del ministro de relaciones exteriores de Rusia.

Manuel Quiterio Cedeño

Periodista

Periodista. Director del Centro de Información y Comunicación (CICOM). Trabaja y asesora en el área turística, y dirige la revista especializada RT.

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