Se le atribuye al expresidente colombiano Belisario Betancur decir que la expresidencia también se debe saber ejercer. Al respecto, en su país, hasta la llegada de la actual polarización, era costumbre que, en momentos de cierta tensión política o crisis de seguridad, el mandatario de turno se auxiliara en la experiencia de los exgobernantes y fuera consultándolos de manera pública o designándolos al frente de alguna comisión de notables. Esa línea parece inaugurarse en nuestro país con los encuentros que de manera conjunta y separada ha venido sosteniendo el presidente Luis Abinader con sus tres últimos antecesores en el cargo.

Si bien es cierto que desde 1994, con el Pacto por la Democracia, en la República Dominicana ganó mucho espacio la cultura del diálogo público y notorio entre la clase dirigencial, todavía el diálogo abierto entre un mandatario en ejercicio y exgobernantes acapara las primeras planas informativas, porque es algo excepcional, máxime cuando dos de esos exmandatarios son los líderes más activos de la actual oposición.

Como es de conocimiento, la sistemática crisis haitiana ha motivado al presidente de la República a recabar el concurso del liderazgo político nacional, representado en los expresidentes Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina, con miras a fijar una postura nacional al respecto. La referida crisis, al representar riesgos para nuestra seguridad, sanidad y estabilidad de nuestros aún mejorables servicios públicos, exige fijar una posición nacional que trascienda al gobierno de turno y constituya una verdadera política de Estado a corto, mediano y largo plazo.

En ese sentido, los objetivos perseguidos con esta ronda de diálogos y consultas por parte del Ejecutivo nacional van en armonía con los mandatos de la Ley núm. 1-12, que establece la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, disposición normativa en la que, por mandato del artículo 241 de la Constitución de la República, se traza “la visión de la Nación para el largo plazo”. En efecto, dentro de sus objetivos específicos y líneas de acción, la referida ley invita a ordenar los flujos migratorios, garantizar la defensa de los intereses nacionales y fortalecer la presencia institucional del Estado en la frontera.

No se puede perder de vista que ya en 2023 el presidente Abinader había convocado al liderazgo político y académico a la firma de un Pacto de Nación por la Crisis en Haití, enfocado en cuatro pilares: política de relaciones exteriores, política migratoria, política fronteriza y política económica. En consecuencia, el pacto fue suscrito el 26 de octubre del indicado año. Sin embargo, esa iniciativa no contó con la participación de las dos principales fuerzas opositoras dirigidas por los expresidentes provenientes de las filas del boschismo, lo cual consideramos pudo deberse al hecho de que nos encontrábamos en la antesala de la precampaña electoral, escenario en el que tradicionalmente, para prevenir costos políticos, en democracias como la dominicana la oposición suele no acudir a los llamados de diálogo del oficialismo.

Los gestos y las formas pueden consolidar o vaciar de contenido lentamente a un sistema democrático. Con estos encuentros de cara al país, los expresidentes Fernández, Mejía y Medina, a pesar de cualquier defecto que se les pueda atribuir, han dado muestras de cordialidad cívica y madurez política, rasgos que debe preservar toda persona que ha ocupado la primera magistratura en una democracia republicana, como manifestación clara de buen ejercicio de sus expresidencias. ¡Bien, presidentes!

Rolkin Lorenzo Jiménez

Abogado

Licenciado en Derecho, mención cum laude, por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), Recinto Santo Tomás de Aquino. Magíster en Gobernanza y Derechos Humanos en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Curso sobre el funcionamiento de la Unión Europea, Escuela Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino de España. Curso sobre “Inteligencia y seguridad. Vínculos entre el terrorismo y el crimen organizado”, Universidad de La Rioja, Logroño, España. Pasantía académica en el Ministerio de Interior de España, Dirección General de la Guardia Civil. Becario en la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB). Ha laborado como abogado en una reconocida firma jurídica de la ciudad de Santo Domingo.

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