
En medio de un panorama global retador —inflación, conflictos geopolíticos, desaceleración— la República Dominicana demuestra que con enfoque estratégico y decisiones oportunas es posible crecer, adaptarse y liderar. Hoy somos ejemplo de cómo una economía emergente puede responder con dinamismo, innovación y compromiso con las MIPYMES.
Mientras gran parte del mundo lidia con cifras bajas y modestas, la economía dominicana crece en el entorno del 5%, mostrando un crecimiento sólido en medio de la tormenta, superando el promedio regional. Esta resiliencia no es casualidad, se apoya en:
- Políticas macroeconómicas responsables, con estabilidad fiscal, control monetario y de la inflación.
 - Inversión extranjera directa (IED) sostenida, con récords en turismo, energía y manufactura.
 - Diversificación productiva, que reduce nuestra dependencia de sectores tradicionales.
 
En momentos difíciles, son las MIPYMES quienes sacan la cara por la economía. Más del 90% del tejido productivo nacional está compuesto por micro, pequeñas y medianas empresas. Y lo hacen porque han sabido adaptarse con:
- Acceso a financiamiento oportuno desde la banca pública y programas de apoyo.
 - Transformación digital acelerada, con emprendedores que ya dominan el e-commerce.
 - Simplificación regulatoria, con leyes y normativas más amigables para crecer y formalizarse.
 
La marca “República Dominicana lo tiene todo” no ha sido solo un eslogan. Es una realidad. En 2023 y 2024 superamos los 10 millones de visitantes anuales y en 2025 ya a mitad de año vamos por el mismo camino, una ola que sigue rompiendo récords, reafirmando nuestro liderazgo en el Caribe. Las razones:
- Campañas de promoción segmentadas y efectivas. Turismo ecológico, médico y deportivo en auge
 - Infraestructura moderna en aeropuertos, puertos y polos turísticos. 8 aeropuertos internacionales en funcionamiento. Nuevas inversiones en Puerto Cabo Rojo y Miches
 - Seguridad, hospitalidad y confianza, elementos que fortalecen nuestra marca país.
 
Sí, enfrentamos desafíos como cualquier economía abierta: presión inflacionaria global, costos logísticos, volatilidad. Pero respondemos con visión:
- Transición energética, con más parques solares y eólicos conectados. El 25% de la matriz energética ya es renovable
 - Nearshoring y manufactura ligera, atrayendo capital interesado en cercanía a EE. UU.
 - Agricultura con valor agregado, lista para conquistar mercados con productos sostenibles.
 
La economía dominicana avanza no por inercia, sino por dirección. Con una ciudadanía emprendedora, políticas públicas estratégicas y un entorno de negocios más competitivo, el país demuestra que la incertidumbre no frena al que está preparado.
Resiliencia No Es Aguantar, Es Avanzar. Seguimos creciendo, seguimos creyendo.
Compartir esta nota