La última edición de la encuesta de Mark Penn/Stagwell reveló que David Collado, nuestro actual ministro de Turismo, era el líder político de mayor aceptación después del presidente Abinader. Según la encuesta, la tasa de favorabilidad le acredita al presidente Abinader un 52% y a Collado un 51%. De ahí que sea deseable visualizar las perspectivas electorales del ministro en función de sus ejecutorias, especialmente ahora que acaba de anunciar el proyecto de “Dominicana Bachata”. ¿Sería la bachata la clave de su eventual elección como presidente?

La cuestión es trascendente porque el PRM es el partido que disfruta actualmente de la mayor simpatía en el electorado. Según la última encuesta de Mark Penn/Stagwell “un 32% simpatiza con el PRM, un 14% por la FP, y un 12% por el PLD”. Se supone, entonces, que la elección del candidato del PRM a la Presidencia en el próximo periodo de gobierno es de crucial importancia. Todas las encuestas señalan al presidente Abinader como el indiscutible favorito: la Gallup reportó que saldría electo con un 53.3% del electorado y que un 53% aprueba su gestión. Pero si Abinader no se repostula las encuestas señalan a David Collado como el político de mayor arraigo en el seno del PRM. De ahí que su suerte electoral haya que tomarla en serio.

A juzgar por la gestión que hasta ahora ha desarrollado Collado al frente del MITUR esa escogencia no está nada asegurada. Si bien la misma ha tenida algunas luces importantes –como su diligente gestión durante la pandemia, el recorte de la promoción internacional, la creación de una veeduría con el Observatorio de Buenas Prácticas, y su escogencia de personal idóneo para el ministerio— también existen algunas serias sombras. Entre estas últimas se cuentan las obras en algunos municipios no prioritarios y el empecinamiento con los “road shows” en el exterior. Estos últimos no se justifican ya porque la promoción de la imagen del país debe ser la responsabilidad principal de los operadores turísticos (cadenas hoteleras, líneas aéreas, turoperadores, etc.). Hoy día la principal prioridad del MITUR debe ser el mejoramiento del producto turístico y eso implica quedarse en casa para atender la miríada de problemas y desafíos pendientes.

Independientemente de la evaluación anterior, la imagen pública de Collado ha cosechado grandes simpatías. Para lograr eso ha hecho despliegues publicitarios sin precedentes para inducir la creencia de que el repunte vigoroso del flujo turístico se debe a su gestión. Pocos analistas se han percatado, por su sesgo localista, de que ha sido la “demanda contenida” la responsable del rebote del flujo turístico Tampoco se han enterado de que ese repunte es mundial y, en el caso de la región del Caribe, de que algunos de los destinos isleños han tenido un repunte mayor en términos relativos.

De cualquier modo, la imagen de Collado ha ganado muchos adeptos también por su anterior trayectoria. Así lo prueba el encumbrado sitial que le otorgan las encuestas, incluyendo la de Mark Penn/Stagwell de enero del 2020 donde se reportó que un 46% de los encuestados lo apoyaría para presidente en las elecciones presidenciales de ese año. En la última edición de esa encuesta (mayo 2023), “Abinader es visto más favorable por los hombres y en personas de mayor edad, David Collado por los hombres y jóvenes, en tanto que Leonel Fernández y Abel Martínez por jóvenes”. También que entre los encuestados “un alto 32% no simpatiza por ningún partido y solo la mitad tiene su voto decidido.” Pero el 53% dijo sentirse satisfecho con la labor de Abinader.

Relevante es preguntarse, entonces, si los jóvenes podrían decidir la elección de Collado como presidente en caso de que el presidente Abinader no se repostule. Puesto que para julio 2021 la ONE estimó que los menores de 35 años constituían el 61% de la población el segmento joven de la población tendría una influencia decisiva. No se ha podido localizar una encuesta de “consumo musical”, pero es dable presumir que la bachata sea entre ellos el género musical preferido. ChatGPT nos dice que: “En general, la bachata ha experimentado un gran crecimiento en popularidad en todo el mundo, especialmente en América Latina y entre las comunidades latinas en Estados Unidos y Europa. Aunque originalmente la bachata estaba más asociada con adultos jóvenes y de mediana edad, en los últimos años ha atraído a una audiencia más diversa, incluyendo a jóvenes y adolescentes.” De ahí que cultivar las simpatías de los electores jóvenes proyectando la bachata aparenta ser una estrategia política acertada.

Al declarar la bachata Patrimonio Inmaterial de la Humanidad el 11 de diciembre del 2019, la UNESCO dice: “Para el pueblo dominicano, la música y el baile de la bachata son expresiones culturales nativas siempre presentes en las celebraciones de las comunidades o en reuniones sociales. Por regla general, las letras de la bachata expresan sentimientos profundos y viscerales de amor, pasión y nostalgia. El vocablo “bachata” se supone que es de origen africano y en un principio no se usaba para designar un género musical específico, sino más bien una reunión o fiesta animada.” “Este elemento del patrimonio vivo forma parte integrante de todas las celebraciones populares y tradicionales de la República Dominicana.”

Parecería un contrasentido que Collado se incline por celebrar la bachata. Después de todo, a él se le atribuye una categoría “poppy” de la cual no ha logrado desprenderse. Y eso no coliga con el género. “La bachata surgió en la marginalidad urbana de los bares y burdeles de Santo Domingo. Durante los años 60 y principios de los 70, desdeñada como música de las clases pobres, fue conocida como «música de amargue». Este concepto se refería al estado de melancolía provocado por el desamor, siempre reflejado en la temática de sus composiciones. Su difusión por esos años estuvo limitada a escasas emisoras, ya que era considerada como una música vulgar.” De ahí que ligarse con la bachata, aun en sus nuevas versiones estilizadas, le convendría a la imagen de Collado. Ese podría ser el “baño de pueblo” que le hace falta.

Mucho dependerá de lo que se proponga hacer y cómo hacerlo. Por su enorme popularidad mundial la bachata resultaría ser la herramienta perfecta para atraer más turistas, incrementar el comercio exterior y captar más inversión extranjera. Como ministro de Turismo, a Collado le compete usar el género para promocionar el país en los mercados emisores de turistas, actuales y potenciales. Pero como político en ascenso le conviene usar la bachata como elemento proselitista. En el primer caso es preciso orquestar un proyecto que utilice a plenitud los medios digitales para atraer turistas a un Festival Internacional de Punta Cana (o Puerto Plata). En el segundo caso los concursos de baile barriales y los concursos provinciales de composición y canto podrían ser efectivos. El promotor de la película ADN Bachata está ya bien posicionado para asesorar al ministro en estos menesteres.

Collado ha cultivado una imagen de transparencia e idoneidad en su gestión pública. Pero ya la corrupción no figura entre las preocupaciones principales del electorado. Sin embargo, repetir en su publicidad electoral sus logros en ese sentido será tan válido como el legado que ha pretendido dejar el presidente Abinader. Lástima que algunos prominentes analistas estén vaticinando que la campaña electoral venidera será una campaña sucia. “En vez de promesas relativas a cómo solucionar nuestros problemas y mostrarle al electorado diferencias ideológicas (que no existen entre nuestros partidos) la campaña lamentablemente será una campaña sucia.” Por tanto, se requerirá de otros insumos proselitistas en la estrategia de Collado para ganar eventualmente la Presidencia. Por suerte se conoce que no le faltarán recursos para encontrarlos.