El que no avanza retrocede; aparentemente, está estancado y progresivamente destinado a desaparecer. En política, los resultados son evidentes, imposibles de ocultar. No se dan cuenta de que pierden influencia, credibilidad y poder de convocatoria en la población.

Pero, en países como el nuestro, el nombre, en política, es una franquicia que puede tener valor.

La imaginación y la autocomplacencia son superficiales; el pensamiento subjetivo la crea para ocultar los errores prácticos de una teoría ecléctica y alejada de la realidad. Es el comportamiento de una pequeña burguesía envalentonada en una ciencia disque revolucionaria. Cuando la verdad es que viven de espaldas a verdaderas efervescencias de una población desesperada, buscando su destino, sin encontrarlo.

Como no la encuentran, caen de nuevo en una de las alternativas políticas y electorales de la democracia capitalista. En las últimas décadas, se han debatido electoralmente entre el PRSC y el PRD; el PRD y el PLD; PLD y PRM, etcétera. La población votante se mueve de un lado al otro y no logra observar la luz. En ninguno de los casos, se han detenido a ver a la izquierda y a los progresistas. ¿Por qué? ¿No existen?

Existen, pero es como si no existieran. Han olvidado su esencia revolucionaria y progresista. Han perdido su identidad propia, su naturaleza y su memoria histórica. Quieren parecerse tanto a los partidos del sistema capitalista; lo imitan en todo. Dejándose abatir por la ideología burguesa corrupta y en decadencia.

La población quiere algo diferente: y son la izquierda y los progresistas. Pero los pobres de mente y de visión no lo saben. Ni porque los ven de frente a sus ojos, ni así reflexionan positivamente. Viven tan perturbados, dando tumbos sin poder encontrar la puerta para encontrarse con el pueblo.

En sus elucubraciones, se dejan enredar por los políticos corruptos. Una, dos, tres… veces más; y siguen como si nada hubiera ocurrido. Sin tener la vergüenza del remordimiento.

Es lamentable; el capitalismo los tiene vueltos locos y sin ideas. Un pueblo, como el dominicano, que adoró a sus muchachos revolucionarios, lo albergaba en su seno contra viento y marea. ¡Qué lástima que sigan perdidos en el limbo de la impotencia e incompetencia dolorosa y real! Viven en un mundo imaginario y subjetivo.

De ese modo, en estos tiempos, no se avanza hacia el poder de gobernar.

Fortune Modeste Valerio

Economista

Estoy de regreso a la patria después de permanecer más de 35 años en el exterior. Estudié Contabilidad Superior, Auditoria Interna y Economía en la O y M.

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