Theodore Sorensen, nació el 8 de mayo 1928 en Lincoln, Nebraska. En 1952 culminó sus estudios como doctor en Jurisprudencia. De inmediato se marchó a Washington donde fue contratado como asistente del senador John F. Kennedy; poco tiempo después Kennedy ganó las primarias para ser candidato presidencial del Partido Demócrata en las elecciones del año 1961.

En esos tiempos Kennedy tenía ciertas condiciones que lo diferenciaban de otros políticos: era católico y, además, hijo del multimillonario Joe Kennedy, exembajador de USA en Inglaterra. JFK también se diferenciaba por tener un amplio acervo cultural, siendo graduado de Harvard y haber ganado el Premio Pulitzer por su libro titulado “Profiles in Courage”.

Las elecciones del 1961 se caracterizaron porque por primera vez los dos candidatos presidenciales principales participaron en cuatro debates televisivos. Al primer debate Kennedy llegó al estudio televisivo acompañado de su esposa Jacqueline y de su asesor Sorensen. Los historiadores políticos reseñan que el comportamiento de Kennedy en ese primer debate lo consolidó para convertirse en el triunfador en las elecciones. Después del triunfo de Kennedy, Sorensen continuó siendo su asesor, considerado como el “tercer hombre”, indicando que el gobierno tenía tres pilares: el presidente Kennedy, su hermano Robert, que era jefe de la justicia y Sorensen, que era el asesor más influyente.

Se considera que el discurso de Kennedy el día de su juramentación como presidente es uno de los mejores de la historia. En el mismo destaca la frase que ha pasado a la historia política: “No preguntes que puede hacer el país por ti, sino lo que puedes hacer por tu país”.

El 21 de mayo de 2004 es uno de los días de mayor relevancia en mi vida. En ese momento estuve presente en el Madison Square Garden, New York, en que se celebraba la graduación de The New School University y ese día mi hija Carmen Elvira QEPD se graduó como diseñadora con notas sobresalientes de la escuela de diseño Parson School dependiente de The New School University. Para mi agradable sorpresa el orador invitado para ese evento fue Ted Sorensen, quien pronunció un discurso titulado “Time to Weep”, refiriéndose a que USA estaba perdiendo su fuerza moral y su credibilidad con la guerra de Irak. Continuó diciendo que en medio de la Crisis de Octubre de 1962 Kennedy encomendó al inigualable diplomático George Kennan que se reuniera con el presidente  Charles De Gaulle para ponerlo al tanto de la existencia de misiles nucleares soviéticos en Cuba y para solicitarle su apoyo en caso de que hubiese una conflagración nuclear. Kennan le indicó a De Gaulle que tenía en su portafolio fotografías que evidenciaban la existencia de misiles nucleares en Cuba y que estaba autorizado a mostrárselas. De inmediato, De Gaulle le señaló que no era necesario que se las mostrara y bastaba que ese mensaje proviniera del presidente de USA para él aceptarlo como indudable expresión de la verdad, sin necesidad de observar una prueba material del hecho. Ya retirado de la vida publica, Sorensen declaró que él había sido más que un simple redactor de discursos quizás refiriéndose al hecho de que durante la Crisis de los Misiles él había participado, junto a los más altos funcionarios civiles y militares de Kennedy. En esos días, el primer ministro de la URSS envió varias cartas a Kennedy. En la primera de ellas, Jrushchov se quejaba de la cuarentena que Kennedy había declarado para detener en alta mar los barcos rusos que se sospechara que iban rumbo a Cuba para modificar el poder y el alcance de los misiles instalados allí. Tratando de evitar el escalamiento de la crisis, Sorensen contestó en términos conciliadores esa carta de Jrushchov. Sin embargo, aparentemente por presiones de grupos belicistas del Kremlin, Jrushchov envió una segunda carta con términos agresivos, confrontadores y desafiantes. De nuevo para evitar el escalamiento de la crisis y el inicio de una nueva guerra nuclear, Kennedy y Sorensen acordaron que la respuesta a esa carta debía hacer caso omiso a los términos amenazantes de Jrushchov. De ahí en adelante la crisis comenzó a cambiar de tono y se resolvió cuando Rusia aceptó retirar los misiles de Cuba y que USA retiraría los misiles ubicados en Turquía.

Eulogio Santaella

Ingeniero

Ingeniero. Fue administrador del Consejo Estatal del Azúcar y embajador en Washington. Profesor universitario. Empresario.

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