La ética médica comprende conocimientos, principios, deberes, obligaciones y normas, que orientan y regulan la práctica de la medicina. Existen dos posiciones que valoran su significación y origen. Una de ellas, asegura que dicha ética proviene de la práctica, sus exigencias y experiencias, en tanto cuanto  no guarda relación alguna con las teorías abstractas, los principios y reflexiones genéricas de la filosofía. La otra posición afirma, no sin razón, que la ética médica es profundamente filosófica porque es esencia viva de la filosofía, la cual está llamada orientar el ejercicio de la medicina con principios éticos universales. La filósofa Juliana González ( especialista en Ética médica) la interpreta con impresionante madurez de juicio:

“El ‘ojo’ filosófico, por lo demás, busca penetrar en los aspectos esenciales, y regido por este propósito suelen desvanecerse de su mirada los datos particulares en su concreción; pero logra, en cambio, proporcionar saberes de carácter más radical y general. Ubica los datos médicos en contexto incluso universales. La visión filosófica busca en particular la fundamentación de los hechos y procedimientos médicos, así como de los juicios y de las valoraciones. No se conforma con señalar valores y deberes sino que se centra en la búsqueda de aquello que los fundamenta y los justifica, racional y objetivamente. Busca dar razón de las valoraciones en la práctica médica”.

Como se puede apreciar, ambas posiciones (la filosófica y la que no lo es) son opuestas y establecen funciones indispensables en el rol regulativo de la ética médica.

González considera que lo más pertinente habría de ser unificar esas posiciones, debido a que tienen objetivos comunes que se nutren de las enseñanzas de la medicina y el espíritu crítico de la filosofía. Con eficacia, ella valora esto en su justa significación:

“La ética médica es una verdadera interdisciplina; no una simple suma o yuxtaposición de conocimientos, ni una mera aplicación ni ampliación extrínsecas –ya sea en una dirección o en otra–. En el encuentro interdisciplinario, la filosofía moral se aboca a la comprensión de la realidad médica, la cual le revela todo un ámbito de situaciones, problemas y temas concretos y específicos. Éstos se interpretan, es cierto, desde parámetros filosóficos y remiten a cuestiones generales de filosofía moral, pero a la vez son objetos de consideraciones rigurosamente éticas y axiológicas”.

Sin duda alguna, la ética médica mantiene vínculos indisolubles con la filosofía, sus métodos y teoría. Los conocimientos filosóficos la enriquecen y le dan, si se quiere, consistencia.

La filosofía con su mirada crítica, reflexiva y serena, ensancha el horizonte cognoscitivo, investigativo y perceptivo de la ética médica.

El buen profesional de la medicina cultiva la ética médica, orientado, siempre, con las experiencias y consejos ético-morales que les ofrece la historia de la filosofía. Ello, ciertamente, disciplina su pensamiento y le proporciona  la sabiduría de la mirada filosófica para que pudiese afrontar, de manera racional y prudente, los problemas, riesgos e incertidumbres que implica la práctica médica.

Las situaciones límites de vida o muerte imponen al médico la necesidad de reflexionar filosóficamente para saber tomar decisiones éticas en medio de circunstancias dudosas, confusas y riesgosas. De no ser así, se perdería, quizás para siempre, en el océano turbio de las cerrazón y las brumas de las incomprensiones fútiles.

Joseph Mendoza

Joseph Mendoza. Comunicador social y filósofo con postgrado en Educación Superior, obtenidos en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Magister en filosofía en un Mundo Global en la Universidad del País Vasco (UPU) y la UASD. Además, es profesor de la Escuela de Filosofía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Tiene varios libros, artículos y ensayos publicados y dictados conferencias en la Academia de Ciencias de la República Dominicana.

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