(Una carta de Juan Bosch a Trujillo y una doble premonición: la de Juan Bosch sobre Trujillo y la de Trujillo sobre Juan Bosch).
"… El mayor yerro de Trujillo fue no entender entonces la carta que le fue enviada por el profesor Juan Bosch el 27 de febrero de 1961, donde le advertía sobre su fin inminente, debido al cambio en la correlación de fuerzas políticas en el continente, y en la cual le recriminaba su poder absoluto. Cuando Ramfis le comentó la carta de Bosch, que fue enviada al Palacio Nacional, Trujillo le dijo, que quizás Bosch sería el único de sus enemigos que llegaría un día a presidente de nuestro país".
(Trujillo no entendió carta de Juan Bosch, Tony Raful. Listín Diario – 26-10-21).
Efectivamente, el dictador no entendió o no quiso entender, tal y como afirma el escritor Tony Raful, el planteamiento de Juan Bosch, en la que analiza los tres factores fundamentales que darían al traste con la dominación del régimen trujillista.
Los tres factores señalados por Bosch son los siguientes:
1- El papel de Fidel Castro y el triunfo de la revolución cubana.
2- La lucha y el deseo del pueblo dominicano por la Libertad y la Democracia.
3- Los garrafales errores del dictador, (sintetizado en la represión cruel y los asesinatos de los expedicionarios de junio del 59, las Hermanas Mirabal y el apresamiento masivo de cientos de jóvenes, torturados y asesinados en las cárceles del 9 y la 40.)
Esa carta, premonitoria en doble sentido, por la información de Tony Raful, señala en uno de sus párrafos:
"Pero la atmósfera política del hemisferio sufrió un cambio brusco a partir del primero de enero de 1959. Sea cual sea la opinión que se tenga de Fidel Castro, la historia tendrá que reconocerle que ha desempeñado un papel de primera magnitud en ese cambio de atmósfera continental, pues a él le correspondió la función de transformar a pueblos pacientes en pueblos peligrosos. Ya no somos tierras sin importancia, que pueden ser mantenidas fuera del foco de interés mundial. Ahora hay que pensar en nosotros y elaborar toda una teoría política y social que pueda satisfacer el hambre de libertad, de justicia y de pan del hombre americano."
Certero análisis de la realidad continental y del desenlace de una cruel dictadura de 31 años de oprobio, robo y crímenes. El autor de la carta, con su elegancia característica, pero con su dardo directo al blanco, expresa una gran verdad:
"sus adversarios se levantan de una postración de treinta y un años en el momento en que usted queda abandonado a su suerte en medio de una atmósfera política y social que no ofrece ya alimento a sus pulmones. En este instante histórico, su caso puede ser comparado al del ágil, fuerte, agresivo y voraz tiburón, conformado por miles de años para ser el terror de los mares, al que el inesperado cataclismo le ha cambiado el agua de mar por ácido sulfúrico; ese tiburón no puede seguir viviendo."
Y para que su expresión sea clara y entendida señala:
"Pero sucede que el destino de sus últimos días como dictador de la República Dominicana puede reflejarse con sangre o sin ella en el pueblo de Santo Domingo. Si usted admite que la atmósfera política de la América Latina ha cambiado, que en el nuevo ambiente no hay aire para usted, y emigra a aguas más seguras para su naturaleza individual, nuestro país puede recibir el 27 de febrero de 1962 en paz y con optimismo; si usted no lo admite y se empeña en seguir tiranizándolo, el próximo aniversario de la república será caótico y sangriento; y de ser así, el caos y la sangre llegarán más allá del umbral de su propia casa, y escribo casa con el sentido usado en los textos bíblicos."
La premonición de Bosch sobre Trujillo llegó el 30 de mayo de ese año, tres meses después de la carta y la sangre corrió "más allá del umbral de su propia casa". Pero la premonición de Trujillo sobre Bosch, de acuerdo al comentario que le hizo a su hijo Ramfis, también se cumplió: el 27 de febrero de 1963, Juan Bosch, se juramentó como presidente de la República Dominicana, borrando desde el poder los métodos y formas de la dictadura. En su discurso de toma de posesión dijo: "Mientras nosotros gobernemos la libertad no perecerá". ¡ Y no pereció ! Pero los enemigos de la libertad y la democracia borraron el estilo de Bosch e instauraron el de Trujillo.