En política nada es al azar. El azar como categoría histórica tiene múltiples determinaciones, porque en ellas concurren factores inéditos en una coyuntura política única, generando incertidumbre, capaz de moldear el proceso y cambiar el curso de la historia.
El profesor Juan Bosch en su Composición Social Dominicana, el mejor libro de la sociología política dominicana, establece claramente que los actores políticos son frutos de una determinada clase social, grupo económico o religioso.
De esta forma cada actor político corresponde con una de las de las variables anteriores. Está claro que en la composición social dominicana los grupos económicos más poderosos se articulan en el Cibao compuesto por una 14 provincias, los cuales distan estratégicamente de los grupos económicos del Ozama; por lo tanto, si bien es cierto que el presidente Danilo Medina del lejano Sur alcanzó la presidencia de la República, fue como resultado del pacto entre liberales y una facción de los conservadores que lanzó al joven PLD al Palacio Nacional, cuando todavía se estaba fraguándose en la lucha política.
El ejercicio político dilatado de la gestión anterior del presidente Fernández 12 años de construcción institucional, ruptura del aislamiento internacional, infraestructura, desarrollo económico, consolidación de clase media, modernización del Estado y una construcción teórica del Estado expresado en Estado Social Democrático de Derecho, permitió excepcionalmente la llegada del presidente Danilo Medina al poder.
Fuera de ahí, el sólido presidencial ha sido el resultado de los grupos económicos y sociales, de Santiago o de Santo Domingo.
Así las cosas, no es una ingenuidad, ni una metafórica frase primaveral el llamado sueño de Raquel; es más bien la expresión de los grupos económicos y sociales del Cibao que ven en ella la concreción y continuidad de sus intereses estratégicos, como grupo económico y social; esta vez han amparado en una plataforma, de sociedad civil, de sectores importantes de la iglesia y los grupos empresariales.
Estamos entonces frente a una respuesta no de Raquel, sino de los grupos económicos que ella representa. El ambiente político comienza a tomar perfiles antes la posibilidad de que a lo interno del Partido Revolucionario Moderno, en un proceso de primarias internas los grupos más poderosos, entiéndase David Collado y Carolina Mejía no se pongan de acuerdo, esto sin descartar las aspiraciones de Gómez Mara. En este escenario los estrategas de la vicepresidenta, pudieran pensar que ella puede ser la salida a una crisis que pudiera surgir como resultado del tranque en una primarias del PRM.
Esta idea no luce descabellada, debido a que en la genética histórica de la actual PRM, ese comportamiento se ha manifestado en procesos anteriores.
Los grupos económicos que lideran la capital financiera del país, también afinarán sus alfiles como parte de un juego político que ya empezó. Hasta ahora la definición más clara de las aspiraciones presidenciales la tiene La Fuerza del Pueblo, la cual sin duda elegirá al presidente Fernández como su candidato.
En el caso del PLD se estaría apostando a una pronta elección, como resultado de una desventaja frente a una candidatura delimitada como la del doctor Leonel Fernández; debido a que luchan en el mismo espacio electoral, como bloque opositor.
En el caso del PRM no puede entrar anticipadamente a este proceso, debido a dos condiciones: primero necesitan su reorganización interna conforme a los mandatos de ley y segundo necesitan salir airoso del proceso de primarias del 2027, pero antes el proceso de gestión gubernamental debe ser sencillamente bueno para aspirar con éxitos en las elecciones del 2028.
Así pues que los sueños de Raquel, tendrán que enfrentarse a esta realidad descripta anteriormente. -Raquel- la lucha política es dura y a partir de ahora usted la sentirá en carne viva.
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