En nuestra profesión sabemos que una autoestima saludable, depende en gran parte de lo que las personas piensan sobre sí mismas, una auto estima saludable es ese auto concepto claro que se tiene de sí mismo, con sus virtudes y sus defectos y en menor medida también esta depende de la valoración que le damos, a lo que los demás piensan sobre nosotros, -en este último caso- suponiendo que dicha valoración sea negativa y carezca de fundamentos, si se posee una autoestima saludable, aun así, termina prevaleciendo lo que pensamos de nosotros mismos, secuencia que podemos apreciarla cuando se evidencia una personalidad definida.
Desde mi punto de vista la profecía autocumplida, o el efecto Pigmalión, puede aplicarse tanto para una auto profecía positiva como negativa en la vida de una persona, este calificativo regularmente se utiliza para referirse a las personas que visualizan acontecimientos temidos y que acaban sin querer colaborando de una manera indirecta a que estos acontecimientos lleguen a cumplirse.
Por ejemplo, si alguien cree firmemente que fracasará en una tarea, es probable que su ansiedad y falta de confianza afecten a su rendimiento, de modo que se cumpliría la profecía, pero en caso contrario si la persona piensa que tendrá éxito en un nuevo intento su esperanza y confianza generados hacia sus competencias pueden ser determinantes para el logro de sus metas.
La manera como acogemos y aceptamos los acontecimientos que se dan en el devenir de la cotidianidad, contribuyen a nuestro bienestar psicológico, todos los días ocurren situaciones que escapan de nuestro control y nuestra voluntad, muchas veces nos benefician y en otras ocasiones nos afectan. Sin embargo, las que nos afectan a menudo tienen un valor subjetivo, porque no son concluyentes e irreversibles, pero es nuestro modo de pensar que les da ese poder para hacernos sentir y entenderlo como fracaso o por el contrario de un éxito postergado.
Postergado porque el aparente fracaso es lo que se necesita para poder hacer las cosas mejor en una próxima ocasión que puede ser la más importante o definitiva, la consistencia, la resistencia y la constancia forman el temple de las personas, cuando se trata de esfuerzos tras un fin, en donde no se conoce a ciencia cierta el resultado.
Pienso que no existe el fracaso si disfrutaste el trayecto. la connotación negativa depende de lo que nosotros mismos le damos a dichos acontecimientos, la historia está llena de ejemplos de personas que han podido ser resilientes y alcanzado sus metas y objetivos.
Sobre este tema continuaremos profundizando en la próxima entrega.
Compartir esta nota