Con Gaza y Beirut en el corazón
La información sin formación no sirve de nada. Hoy en día, sobre todo a través de las redes sociales, se dice y escucha de todo por parte de médicos opinadores con licenciatura o sin ella y de aspirantes a médicos, nutriólogos, fisiólogos, psicólogos, opinadores profesionales, divulgadores de información sin fuentes consultadas… Todos sabemos de todo. E incluso todo se soluciona con un “Like”.
El conocimiento médico es el más complejo de transmitir y las variantes que existen amén de todas las especialidades, con áreas complejas como oftalmología a dermatología pasando por proctología y que no se me olvide podología, son numerosas. Todo lo que duele tiene su especialidad…
Es muy complicado y, desde luego, poco ético dar consejos personales en lugares públicos; otra cosa es la orientación para la salud. La información está disponible, pero la interpretación de la información solo es capaz de realizarla una persona formada. El conocimiento necesita tiempo para consolidarse, reflexión para comprender y experiencia para el dominio, está en constante cambio y nunca se abarca por completo.
La lluvia de conceptos sobre qué comer o qué no comer, cómo vivir, cómo sentir, cómo relacionarte con los demás es tan copiosa que genera confusión o falsas creencias. Muchas veces las soluciones son lentas y son procesos vinculados a las necesidades personales y sus circunstancias, existen pautas generales, pero la particularidad es muy compleja. Este ciclón de información de todo tipo y para todas las necesidades es un boom y no es malo poder acceder a la información, lo malo es cuando lo consideras la Biblia y riges tus actos en función de información que no sabes a ciencia cierta (nunca mejor dicho) si tiene una base de sustentación veraz.
En la mayoría de los casos es humo envuelto en las expectativas y las necesidades del mercado. En eso se han convertido las preocupaciones y la falta de información: en un mercado donde el que proporciona el humo se lleva grandes beneficios y no le importa si te ayuda o no porque tú eres un consumidor anónimo. Gestiona tus necesidades informativas con fuentes no tan atractivas, pero sí más veraces. En este punto recomiendo el artículo del Dr. Segundo Imbert Brugal publicado en este mismo medio el 7 de abril, en el que de manera muy irónica se refería a la cantidad de seudocientíficos que han aparecido.
La Universidad es fundamental, la formación superior no es solo lograr una titulación, es aprender a pensar. Adquirir la capacidad de tener un pensamiento crítico desde tu formación es la parte más importante y que realmente te hará libre, una riqueza infinita, la mejor y más preciada herencia: conocer, saber. Por favor, duden de todo aquel que se considere sabio…
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