¿Ha llegado la política gaucha hasta tocar el debate político dominicano? La cuestión es que se celebran las elecciones de medio término en Argentina; es decir, a los dos años de la presidencia del primer libertario en la historia, un tercio del Senado y muchos legisladores diputados en una fiesta de elecciones que se inicia el domingo 7 en la provincia de Buenos Aires hasta octubre.

Por el tono y el enfoque, el articulista Oscar Guedes en El Caribe del 4.9.25 parece un fervoroso y truculento seguidor de «la Cámpora» (En el enlace siguiente: https://www.elcaribe.com.do/opiniones/milei-al-borde-del-abismo-si-la-libertad-avanza-lo-lanza/ ) y su contrincante, Elías Wessin, le responde por el mismo medio al otro día. (En el enlace siguiente: https://www.elcaribe.com.do/opiniones/milei-no-esta-al-borde-del-abismo-sino-frente-a-la). Título de Guedes: “Milei al borde del abismo: si la libertad avanza lo lanza”. Mientras Wessin titula el suyo: “Milei no está al borde del abismo, sino frente a la oportunidad de un cambio histórico”.

¿Por qué es relevante esta discusión para República Dominicana? Porque nuestros políticos están entre el populismo y la disciplina, en diferentes grados y medidas, pero no han aparecidos voces libertarias creíbles en el patio criollo.

Si los hubiese, dejarían el keynesianismo para justificar que el Estado debe facilitarles recursos para impulsar el crecimiento económico mediante un poco de inflación que mueva la inversión y el desarrollo, y terminaremos como Argentina. Si hubiesen resuelto la reforma fiscal disciplinando el presupuesto público, conjuntamente con un pensamiento estratégico coherente con el escenario geopolítico internacional a partir del primer gran esfuerzo en esa dirección en la reforma de 1990… Hasta ahora, la culpa es conjunta de toda la clase política por el mesianismo que todos pretenden encarnar.

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El mesianismo, aquí, en la tierra de Duarte, se muestra en que podemos hacerlo “todo”, pero los técnicos se disfrazan en súper técnicos y se esconden tras las lealtades partidarias y mimetizarse de alguna innovación foránea para cambiar la propaganda del gobierno anterior. Por ello, vemos cómo aplican una visión maniquea de que ellos lo hicieron mejor, cuando la regla es que la adaptación periódica de los instrumentos y las políticas se vayan amoldándose para garantizar los resultados.

El mesianismo, acullá, en la tierra de San Martín, por su siglo de populismo inspirado en el régimen de Mussolini por Perón, ha desbordado el rol protagónico del Estado al convertirlo en el garante del “bienestar” de todos los argentinos y por ello justifica el financiamiento de “inorgánicos” para financiar más allá de la capacidad productora de la nación y apela al préstamo del futuro para despilfarrarlo en el presente. Vemos cómo se apropian de las causas nobles para producir un aumento de los jubilados sin la acumulación ni aportes para implosionar el equilibrio fiscal alcanzado y descarrilar el despegue del crecimiento económico a largo plazo (la verdadera razón de los milagros económicos).

Millei podrá asegurar el control político si en octubre tiene una cohorte significativa de legisladores y gobernadores que permitan el arranque. Hasta entonces, no soy tan optimista. Sin embargo, celebro que el debate llegue a nuestros lares para hacer un examen de conciencia de las falencias en nuestra gobernanza y eficiencia gubernamental. El debate está servido en el patio dominicano.

Miguel Sang Ben

Economista

Economista y politólogo. Profesor Universitario en la PUCMM. Articulista. Coordinador de Extensión de la Escuela de Graduados de Altos Estudios Estratégicos.

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