El año escolar ha iniciado en diversas regiones geográficas de la República Dominicana. Fiona, el huracán que acaba de afectar la región Este del país, produjo demora de las actividades educativas en las zonas afectadas. Esta situación, más la falta de centros educativos y la existencia de escuelas inconclusas crean dificultades para que la educación dominicana avance y, especialmente, para que posibilite aprendizajes verdaderos en los estudiantes y en los demás actores de la comunidad educativa. La sociedad está consciente, del atraso que tiene la educación dominicana. Además, reconoce que la calidad de la educación es una tarea pendiente en todos los órdenes. A esta claridad meridiana hay que añadirle, que, aunque la responsabilidad máxima descansa en el Estado, todos los sectores sensatos y comprometidos con el desarrollo dominicano, tienen que aportar. Es por esto que nos sorprende, que iniciando el año escolar, la Asociación Dominicana de Profesores, ADP, desde sus representantes en Barahona, estén anunciando un paro de labores en el Liceo de esta ciudad. Es una decisión preocupante, aunque compartimos la necesidad de que se reconstruya finalmente, la planta física del Liceo indicado.
Sí. Es un derecho de la comunidad, contar con el centro educativo listo para el trabajo educativo que han de desarrollar. A pesar de esto, la ADP, todavía tiene dificultad para realizar análisis que le permitan tomar decisiones pensadas en contexto y con la calidad requerida. El primer recurso no puede, ni debe ser el paro. Se espera que el diálogo sea lo que prime aunque estén cansados de plantear el problema. La nueva gestión del Ministerio de Educación debe responder con la mayor agilidad a la necesidad de reconstrucción de los centros educativos que lo requieren en diferentes ciudades. Exhortamos a la ADP a que de una vez por toda, valore y utilice el diálogo. La capacidad de diálogo y de negociación no se puede congelar. El diálogo no se puede desestimar en ninguna circunstancia. Es un recurso fundamental para el análisis ponderado y realista de los problemas. Asimismo, es un eje fundamental para entender las situaciones difíciles y llegar a resultados que beneficien a las partes implicadas en la problemática que se aborda.
Las autoridades educativas deben planificar y organizarse. De esta manera, no ofrecen espacios para conflictos que incidan de forma negativa en el desarrollo de los procesos educativos. Es imposible que los estudiantes puedan producir y aprender en edificaciones carentes de estructuras físicas y condiciones sanitarias aptas para humanos. Asimismo, es importante recordad que cada minuto de paralización de las labores educativas reduce la calidad de la docencia y de los aprendizajes. Además, genera deserción y desmotivación en los estudiantes. Es necesario superar prácticas obsoletas como es un paro indefinido. Esto solo persigue exhibir un liderazgo que cada vez más, se desgasta. Esta exhibición de fuerza, se convierte en un obstáculo para liberar la educación dominicana del vacío que la caracteriza. No más instrumentalización de las dificultades. Sí, a toda postura, que demande con estilos innovadores y consistentes. Sí, a toda acción que le indique al Estado el deber que tiene de garantizar condiciones dignas para la tarea educativa. No, a todo llamado a paro sin poner en acción un diálogo responsable y generador de resultados que favorezcan la educación del país.