¿El antihaitianismo en 2025?

Un hecho menor me ha llevado recientemente a reflexionar sobre el tema. Un grupo de ciudadanos de buena fe estaba preocupado por la seguridad del Museo del Panteón Nacional. Dicho museo se encuentra exactamente a 10 metros de la sede del alto mando de las fuerzas armadas y a pocos pasos del Palacio Nacional. El Palacio cuenta con los mejores batallones armados de la policía nacional. Estamos hablando del sector que durante décadas fue considerado el más seguro de todo el territorio, porque era residencia también del jefe del Estado. En el momento en que escribo estas líneas, la Plaza de los Héroes de la Independencia, el Campo de Marte y la vecindad del Cuartel General de las Fuerzas Armadas son zonas rojas. Evitarlos es una recomendación urgente. A menos que tengan escolta y coches blindados.

En el país donde las reacciones intelectuales siempre sorprenden, acababa de enviar vía Whatsapp a algunos amigos, un artículo de Manuel Núñez Asencio «¿Qué régimen implantaron los haitianos en Santo Domingo durante la ocupación de Jean Pierre Boyer (1822–1844)?». Se trata de un artículo profundamente instructivo. Así que compartirlo permitiría discutir de manera constructiva. Grande fue mi sorpresa al recibir como primera respuesta: -Núñez es un intelectual muy culto y es el «gran líder del antihaitianismo intelectual». Pasé unas buenas horas pensando, recordando a Manuel Núñez que había conocido en los años 1990, junto con Andrés Mateo, en Casa Paco, frente al Parque Independencia (Plaza de la Bandera). Los acontecimientos y ciertas declaraciones recientes que tuvieron lugar entre la República Dominicana y Haití invitan a la reflexión. Hubo dramas sinceramente condenados por la sociedad civil dominicana.

Instalar a Manuel Núñez Asencio en el primer círculo intelectual del antihaitianismo actual, tengo más que dudas. El antihaitianismo se ha modernizado sutilmente en los últimos tiempos para convertirse en una especialidad estrictamente haitiana. Durante el programa «Palabra de Biden» (2023-25), cuántas injusticias, maldades e institucionalización de aflicciones administrativas sufrieron cientos de haitianos, por otros haitianos y casi toda la administración pública. El 12 de agosto de 2017, en un enfoque especial con Rafael Núñez, Manuel Núñez dijo en «Avalancha sin retorno»: Tras los fracasos aparatosos de la comunidad internacional en Haití, en medio del vasto cementerio de proyectos, ilusiones perdidas y esfuerzos inútiles, se ha fraguado el cálculo rotundamente siniestro, de que la única solución que aún no se ha ensayado, y que merece ser puesta de relieve es encontrar la suerte de ese Estado fallido con la dinámica circunstancia dominicana. (Listín Diario).

La tragedia es mucho más compleja, don Manuel. Las élites de Haití están dispuestas a crear mecanismos de deportaciones masivas hacia todos los continentes del planeta. En Groenlandia también, si Donald Trump lo permite. Ciertamente, la geografía complica la situación en nuestra isla, pero esta famosa palabra, maquiavélicamente utilizada por diversos sectores haitianos, según la coyuntura, debemos trabajar para aclararla. Es importante subrayar que en Haití mismo se habla de «antihaitianismo» mientras que «la Unión Europea acaba de sancionar a tres jefes de bandas notorias. El miércoles 16 de julio de 2025, el ministerio francés de Asuntos Exteriores saludó la adopción por parte de la Unión Europea de nuevas sanciones contra tres de las figuras centrales de la violencia y el compromiso armado en Haití. Francia, en el origen de esta iniciativa diplomática, afirma que estas medidas tienen por objeto sancionar a los responsables de violaciones de los derechos humanos y de actividades delictivas que contribuyen al deterioro continuo de la situación de seguridad de Haití entre otros. En efecto, Relaciones Exteriores de Francia (Quai d’Orsay) ve en ello una señal de firmeza concreta a favor de la protección de la población haitiana.»

No podía imaginarme que el próximo artículo de Manuel Núñez trataría estas grandes verdades que la mayoría de los haitianos aceptan en voz baja: «No hubo fraternidad: predominó la exclusión. No hubo libertad: se mantuvo la coacción. No hubo prosperidad: la economía colapsó. No hubo modernidad política: imperó el personalismo autoritario.» (17 de julio). En el país menos respetuoso de los derechos humanos de las Américas, debo comenzar a prepararme para figurar dentro de unos días en la lista de «aliados de antihaitianos».

Cordiales abrazos desde Puerto Príncipe, distinguido don Manuel.

Gilbert Mervilus

Historiador

Nacido en Puerto Príncipe en el año 1963, Gilbert Mervilus es especialista en historia, pintura y literatura haitiana. Tras realizar sus estudios en la capital del país, se especializó en Gramática, Historia de la Lengua Española y Literatura de España y América Latina en diversos cursos de formación. Posteriormente ha realizado estudios avanzados en Literatura y Arte francés. Inicia sus actividades como profesor de español en 1986, a las que siguieron las de Traductor e Intérprete en 1988; Traductor de Corresponsales Extranjeros en Prensa; Profesor de Español en la Universidad de Quisqueya (1998–2001); traductor en el Ejército de la E.U.A. de 1993 a 1994; traductor e Intérprete Oficial del Ministerio de Salud Pública (2001–04). Es autor de numerosas publicaciones y conferencias [ La Historia de la Pintura Haitiana ,Costa Rica, 1988; La Pintura Moderna,1993; Una Nueva Cotización del Arte Haitiano,octubre1994]; y traductor jurado.

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