Albert Einstein (1879-1955) es de los científicos más conocidos y reconocidos; pero no se trata solo de popularidad; desde el rigor de la ciencia, desde sus más altas exigencias, sus teorías han pasado todas las pruebas. Representan una de las más relevantes contribuciones en la historia de la ciencia.
Aun así, educa mucho ver la ciencia como una expresión de la sabiduría colectiva. De ahí lo de “Einstein acompañado”.
Ya se ha dicho que la gran obra de Einstein denominada teoría de la relatividad, en sus dos partes, relatividad especial y relatividad general, tuvo como punto de partida las contribuciones de Isaac Newton y Galileo Galilei, cuyos aportes se mantienen vigentes; con la diferencia de que Einstein aportó una interpretación más amplia de la realidad hasta incluir velocidades próximas a la velocidad de la luz, permitiendo así entender y profundizar el conocimiento del mundo subatómico, lo mismo que el de los planetas, las galaxias y más allá. Por lo que las contribuciones de Newton y Galileo, aun en la actualidad aplicadas ampliamente, son casos particulares en relación con las de Einstein.
“Einstein acompañado” no solo corresponde, como se ha dicho, a los fundamentos en que se apoyó entre los años 1905 y 1915 a partir de los aportes tantos años atrás de Galileo (1564-1642) y Newton (1643-1727) y científicos posteriores, sino de varios de sus contemporáneos, aceptado y reconocido —lo cual procede resaltar— en varias ocasiones por el propio Einstein como admirable expresión de modestia.
El auténtico progreso científico es fruto de una sabiduría compartida entre generaciones
Henry Poincaré (1854-1912), quien había hecho propuestas preliminares de relatividad especial y la idea de que la velocidad de la luz era un límite. Hendrik Lorentz (1853-1928) propuso transformaciones matemáticas que permitían calcular las variaciones de tiempo y espacio, mas partía de la equivocada idea entonces de la existencia del éter como medio para transportar la luz, de ahí que Einstein le diera una interpretación de ruptura en cuanto a que había que considerar el espacio y el tiempo como no absolutos.
En 1908 Hermann Minkowski (1864-1909) presentó una reformulación de la relatividad especial como una geometría de cuatro dimensiones, el espacio-tiempo. Einstein no lo asumió entonces, pero luego se volvió esencial para él, hasta para su teoría de gravedad, así como en la relatividad general. Marcel Grossman (1878-1936), amigo y colega de Einstein, lo orientó respecto a las geometrías no euclidianas de Bernhard Riemann (1826-1866) y el cálculo tensorial de Ricci-Curbastro (1853-1925) y Levi-Civita (1873-1941).
Con Albert Einstein y a partir de lo comentado, se demuestra que, aun con una gran genialidad, el auténtico avance de la ciencia corresponde a la sabiduría colectiva.
Einstein, acompañado.
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