“En este mundo todo tiene su hora; hay un momento para todo cuanto ocurre” (Eclesiastés 2:1)

La estación litúrgica de la Cuaresma es un lapso en que los cristianos dedican a ejercicios y observaciones religiosas. El primer día de la Semana Santa o Semana Mayor, es conocido como el Domingo de Pasión, Domingo de Ramos o Domingo de Palmas. Durante esta semana se conmemoran los últimos y grandes acontecimientos de la vida terrenal de Jesús el Cristo.

El Domingo de Ramos es un día especial en la vida y las actividades religiosas de los cristianos. En este momento, la primera parte de la Cuaresma llega a su punto culminante; se acentúan los ejercicios espirituales, las devociones, los ayunos, y las observancias relacionadas con la pasión y crucifixión de Jesús de Nazaret. El pueblo se recoge y muchas actividades laborales y festivas se aminoran o se dejan de hacer.

Tradicionalmente, un creciente número de fieles va a los templos en este primer día de la Semana Mayor. Hay bendición y procesión con palmas, lectura completa de la pasión y crucifixión de Jesús según los evangelios. En este domingo, los fieles se unen –simbólicamente- con aquellos que dieron la bienvenida a Jesús en su entrada triunfal a Jerusalén. Se conmemora la ocasión, emulando a la gente que tendían sus propias ropas por el camino y gritaban de alegría alabando a Dios, diciendo: “¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor!” (San Lucas 19:38).

Es preciso señalar, que la gente de cultura hispana se identifica con la angustia, el dolor, el maltrato, el escarnio, los vejámenes, y la falta de conmiseración con el profeta; por lo que el sufrimiento de la Semana Santa se destaca más que la victoria sobre la muerte evidenciada en la Pascua de Resurrección.

A fines del siglo XX, la mayoría de las prácticas que los cristianos venían observando durante la Cuaresma, fueron minimizadas, ignoradas o suplantadas por diversas actividades; muchas de las cuales, no tienen relación con la fe y la práctica religiosa. Por el contrario, son actos seculares, bacanales, paseos, excursiones turísticas, u oportunidades para descansar, visitar a familiares o lugares de origen.

Por otra parte, la Semana Santa, año 2025, tiene unas peculiaridades, debido a una resolución del gobierno que restringe las celebraciones festivas masivas, ya sean públicas o privadas, en las playas y ríos de todo el país. Además, por otro lado, el momento es luctuoso y el pueblo está apenado debido a la tragedia ocurrida el martes 8 de abril, en una discoteca donde fallecieron más de 200 personas y alrededor de 180 resultaron heridos.

Ciertamente, todo tiene su tiempo: “Un tiempo para llorar y un tiempo para reír. Un tiempo para estar de luto, y un tiempo para estar de fiesta” (Eclesiastés 3: 4).

Telésforo Isaac

Obispo Emérito de la Iglesia Anglicana

Obispo emérito Iglesia Episcopal/Anglicana. Escribe tratados y artículos en español e inglés sobre asuntos bíblicos, religiosos y sociales. Tiene maestría y doctorado en Teología Cristiana. Enseña en el Centro de Estudios Teológicos de la Iglesia Episcopal Dominicana. Vive en Santo Domingo.

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