La historia de España y de los países “del Nuevo Mundo” se divide en un antes y un después del “descubrimiento” y de la colonización de los nuevos territorios, responsabilidad del almirante Cristóbal Colón a partir del 12 de octubre de 1492, en cuyo relato ha predominado la visión oficial españolizada, mitificada, al revés, acorde con los intereses del antiguo imperio colonizador.

Para los pueblos originarios, que tenían miles de años residiendo en estos territorios, la llegada de los españoles no fue un “descubrimiento”, sino un encuentro desigual de dominación, discriminación, saqueo y explotación, mientras que para los españoles fue una hazaña, un triunfo, una epopeya gloriosa de héroes que situaron a España en la cúspide del poder y en una potencia mundial.

Esta visión “de la Madre Patria”, como dice la élite, ha perdurado por los siglos de los siglos amén, donde nunca ha habido remordimiento, aunque el Papa ha pedido perdón por errores históricos de la iglesia no cometidos por él,  que yo recuerde, España nunca ha perdido perdón por los errores de una época,  por equivocaciones históricas en relación con los pueblos saqueados y explotados, su ego ha sido demasiado grande, porque realmente fue una empresa de enriquecimiento y de saqueo a un costo inhumano, elaborando la visión ideológica de que los pueblos originarios y nosotros, debemos estar eternamente agradecidos de España, no importa lo que haya sucedido, porque si no hubiera sido por  su intervención “civilizatoria” aún estuviéramos viviendo en el “salvajismo” cubriéndonos con taparrabos.

En 1914, el ministro español Faustino Rodríguez San Pedro, para conmemorar el 12 de octubre, propuso y fue aprobado que ese día fuera denominado como “Fiesta de la Raza Española”. El próximo año se sustituyó, utilizándose por vez primera el término “Día de la Raza”, con el objetivo de exaltar el encuentro entre indígenas y españoles y para estrechar las relaciones diplomáticas entre España y América.

La historia oficial ha exaltado una visión mitificada que ignora el saqueo y la explotación de los pueblos originarios. (Fuente externa).

En los primeros años de esta propuesta, la élite gobernante neocolonizada de los países de este continente que se creían agradecidos, “hijos de España”, acogió con júbilo la celebración del Día de la Raza y para su proceso de socialización escogieron la educación escolar, de tal manera que en todos los centros educativos, públicos y privados, el 12 de octubre era un día especial sin docencia, celebrado con actos culturales, obras de teatro y desfiles por las principales calles de los pueblos con música, algarabía y banderas.

Durante la dictadura trujillista, fiel seguidor y exponente de la cultura hispanista, el 12 de octubre era un día sagrado, de regocijo, donde estaba presente este apoyo escolar de las escuelas, colegios y la universidad, con la celebración de tedeum y misas en las iglesias católicas para los funcionarios, así como conferencias, desfiles y actividades artísticas-culturales oficiales para la población.

Aunque siguió con menos solemnidad e intensidad después de la dictadura trujillista por los diversos gobiernos que le sucedieron, todavía hoy en las escuelas y colegios el 12 de octubre es un día de celebración para regocijo de los españolizados y de indignación para una minoría crítica que lucha por una historia objetiva de cómo realmente fueron los acontecimientos y no como lo cuenta la historia oficial.

Las verdades históricas son acontecimientos que suceden y que no debemos tergiversar ni acomodar, porque por un tiempo pasan como “verdades”, pero en la medida en que los pueblos asumen conciencia histórica afloran las mismas y entonces se convierten en indignación como sucede con el “Dia de la Raza” para algunas personas, valorado parcial e interesadamente, sobre todo, cuando la UNESCO y la antropología han definido de que no existe la “raza” como categoría científica y humana, por lo tanto, conceptualmente es una afirmación  errada, son “grupos étnicos” y sobre todo cuando hoy es una verdad absoluta que no hay cultura inferior ni cultura superior sino culturas diferentes  con una diversidad de identidades.

Grupos importantes, críticos, descolonizados, ante un acontecimiento histórico trascendente que no puede ser borrado históricamente, el 12 de octubre ha sido rebautizado:

  • En Bolivia, es definido como “Día de la Descolonización”.
  •  En Ecuador, “Día de la interculturalidad”.
  • En Nicaragua, “Día de la Resistencia indígena, negros y popular”.
  • En México: “Día Nacional Intercultural”.
  • En Venezuela, “Día de la Resistencia Indígena”
  • En Perú, “Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural”, y en
  • Dominicana, “Día del Encuentro de dos Culturas”, “Día de la Identidad y Diversidad Cultural”.

De todas maneras, “el descubrimiento” de América es un acontecimiento histórico trascendente, que debe ser aprovechado para la reflexión, y los españolizados acepten que fue un error de la época su implementación, su desarrollo histórico, que es válido el reconocimiento y el arrepentimiento y, para los pueblos saqueados, discriminados y explotados, es válido el perdón…

El 12 de octubre debe ser una fecha de reflexión crítica, no de celebración acrítica del legado colonial. (Fuente externa).

El 12 de octubre es un día de conmemoración y no de celebración, acontecimiento histórico trascendente que no debe ser separado del desarrollo histórico de la colonización, porque una cosa es el momento de la llegada de los españoles y del encuentro y otra cosa es todo lo que ocurrió posteriormente para validar ese día.    En las relaciones desiguales de estos dos mundos, llenos de contradicciones, abusos y mentiras, lo que pasó pasó, pero no pueden ser arbitrariamente justificados lo sucedido, mitificando, falseando la verdad histórica.