La sociedad dominicana tiene décadas debatiendo y suspirando por la calidad de la educación. Esta sociedad se siente urgida por una educación cuyos aprendizajes doten a los estudiantes, a los docentes y a las comunidades de las competencias necesarias para resolver los problemas que se generan diariamente en el aula, en los espacios sociales y en el entorno familiar. La búsqueda de vías que hagan posible una educación capaz de empoderar a los actores, no solo para suscitar transformaciones en el presente, sino para el futuro, adquiere fuerza y adeptos.

Son diversas las propuestas que se ponen en acción para alcanzar la calidad deseada: la Reforma Educativa de los años 70, el Plan Decenal de Educación de 1992-2002, el Foro Presidencial por la Excelencia de la Educación de 2005, el Plan Estratégico de Desarrollo de la Educación Dominicana de 2003-2012, el Plan Decenal 2008-2018; y ahora el Decreto 365-23, orientado a la Reforma y Modernización de la Educación Preuniversitaria. Las que ya se desarrollaron explicitan la necesidad de la calidad de la educación y aportan referentes conceptuales, estratégicos y metodológicos para lograrla. Son más de cincuenta años en esta búsqueda.

Los procesos de reforma y modernización de la educación dominicana han hecho poco para que la investigación sea un eje vertebrador de lo que se piensa, se hace y se vive en Educación Inicial, Primaria y Secundaria. Esta situación constituye una contradicción frente al clamor por la calidad de la educación. La educación preuniversitaria se desarrolla al margen de procesos investigativos sistemáticos. La fuerza está en el saber empírico. Este saber tiene un gran valor; no hay que eludirlo, ni negarlo. Pero solo con el saber empírico y sin investigación, es difícil o casi imposible, por lo menos en los tiempos en que vivimos, lograr la calidad deseada.

Desde esta realidad, celebramos el programa de investigación Conoce tu Regional Investigando, que el Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa, IDEICE, impulsa en el territorio nacional. Cuenta con la participación del Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña, el Centro Cultural Poveda, la Oficina de la OEI en la República Dominicana y el Instituto Superior de Estudios Educativos Pedro Poveda. Es un programa orientado a promover una cultura investigativa en los educadores, estudiantes y gestores. Se subraya la necesidad de que el aula se convierta en un espacio de innovación,  de nuevas prácticas.

El apoyo a este tipo de programa es una apuesta por la calidad de la educación implicando a los actores desde sus propios espacios. Los docentes que se forman en la perspectiva investigativa tienen más posibilidades de mejorar sus concepciones y sus formas de enseñar. Los docentes no le temen a la investigación. Lo que necesitan es que se les ofrezcan oportunidades y orientación para investigar. Los líderes de la educación pública y privada han de invertir para que la investigación incida en la educación preuniversitaria. Es necesario desprivatizar la investigación. No se puede considerar como tema  exclusivo de la educación superior.  La calidad de la educación demanda investigación.

La educación preuniversitaria requiere investigación. Esta es imprescindible para superar atrasos históricos que continúan arraigados en el presente; y obstaculizan la comprensión y la intervención en el futuro. Mientras la investigación sea una forastera en las aulas, en los centros educativos de la educación preuniversitaria, la calidad educativa será simplemente una idea buena y, sobre todo, un discurso más. Un docente investigador de su propia práctica, de los contextos en los que interviene y de lo que acontece en sus comunidades no puede ser un sueño, ha de ser una realidad.