Porque: No es tanto lo que hacen los políticos lo que irrita, si no lo que no hacen. 

No puedo constituir una amenaza 
cuando solo soy el espejo que 
devuelve tu imagen en forma 
 y comportamiento. 

Es posible que solo sean presunciones al considerar que los políticos son lo más parecido a los faranduleros, en cuanto a vivir de falsarias para aparentar vivir una vida frente al público que, en la realidad, es muy diferente, algo así cual si fuesen payasos. Pero, la diferencia es que los faranduleros artistas trabajan como mulos para complacer las expectativas del público que los aclama, pero, para los políticos el trabajar solo lo hacen en tiempos de campaña electoral, llegando hasta a besuquearse sin importar la cantidad de mugre que tenga la víctima, es decir, el votante. 

Otra de la ligera diferencia entre unos y otros, es que la mayoría de los políticos, son impúdicamente sádicos, prepotentes y mentirosos, donde solo sus intereses particulares prevalecen por encima de cualquier otra cosa. Eso sí, siempre llevan prendido de sus labios las palabras Nación y Patria, sobre todo esta última, la cual han convertido en una palabra cual si se refiriesen a una prostituta cualquiera. 

Estos personeros viven rodeados de choferes y espalderos, de restaurant en restaurant y de todas las parafernalias posibles que los ayuden a fabricar su autoengaño. Viven por encima del bien y el mal y, sobre todo, creyendo que eso será eterno y que, por demás, hasta una simonía podrían tratar de hacer cual, si fuesen Cardenales y si esto no se puede, entonces se conforman con comprar todo lo demás, porque los dineros, no les faltan. Claro, es posible que todo esto no sean verdades apodícticas pero que son, en su gran mayoría, casi irrefutables. 

Son muchas las cosas que no comparto con la mayoría de los políticos y más, cuando son funcionarios, como ese de regalar o tirar a la basura más de mil quinientos millones de pesos en un sin sentido clientelismo político, utilizando el eufemismo de “un cariñito para las madres”. Pero, aun así, en lo que sí coincidimos es en que la democracia es el mejor sistema que se ha establecido para gobernar los pueblos. Claro, siempre y cuando el cumplimiento de las leyes sea la esencia del sistema. Y, donde no es así, la democracia se convierte en algo mostrenco que se queda entre una mezcla de patriarcado, feudalismo, tiranía legalizada o no, todo esto envuelto en un absurdo clientelismo político, tal y como se ha estado haciendo en las últimas décadas aquí. 

Hoy vivimos en una democracia solo para millonarios dirigentes, sin importar el cómo hayan obtenido sus fortunas, constituyendo esto una retranca para todos aquellos que no dispongan de la misma, donde -en su gran mayoría-, solo aquellos que hayan sido o sean narcotraficantes, riferos, lavadores, o dirigentes de los desvirtuados y mal llamados sindicatos, tienen la opción de coronar las aspiraciones de todos los que adquieren el dinero fácil, es decir, el poder político. 

Es por eso por lo que comprendemos a los partidos políticos nuestros, específicamente a sus altos dirigentes y siempre aspirantes a las máximas posiciones políticas, que necesitan estar rodeados del tigueraje en todas sus vertientes, ya que, al igual que la iglesia necesita de sus santos, ellos por igual se sostienen con las dadivas que salen del erario y que supuestamente los convierten en sus “leales” acólitos que les sirven como animales de presa. 

Aquí asesinaron a Trujillo como culpable de todas nuestras desgracias y escribieron la historia de acuerdo con los intereses del momento, en el supuesto de que no se repitiera la misma opresión, pero; ¿en realidad ha sido así? Sé bien que esto no les gusta a muchos santurrones de esta cautiva democracia, pero; ¿Vivimos o no en un feudo, dominado por señores feudales o líderes políticos con sus claques y familiares? ¡Claro que no! Así responderán, porque son los que tienen voz, poder y fortuna, más bien, porque son ley, batuta y constitución. Para los que tengan alguna duda, cuando decimos feudo queremos decir el Estado. ¡Sí señor! 

Rafael R. Ramírez Ferreira

General retirado

Mayor General ® E. N. Nacido en Sto Dgo, D.N., Estado civil: Soltero Tres Hijos: Ramfis Rafael; Rissel y Ramsés Funciones desempeñadas: Director General de entrenamiento; Director del J-2, Inteligencia de las FF.AA; Rector del Instituto Especializado de estudios superiores; Presidencia de la Comisión Permanente de Reforma de las FF.AA. Presidente de la Junta de Retiro, FF.AA Vice-ministro de las FF.AA. Inspector General de las FF.A.A Presidente del Consejo Académico Superior de Educación Presidente de la Dirección Nacional de Drogas (DNCD) En la actualidad Asesor Sobre operaciones y estrategia.

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