El grupo estudiantil Fragua se encuentra en continuidad con los movimientos estudiantiles que desempeñaron un rol fundamental en la historia de la educación en América Latina. En materia de transformaciones sociales y políticas, la principal referencia y punto de partida de las luchas estudiantiles se encuentra en la Reforma Universitaria de Córdoba, Argentina, en 1918, cuyo movimiento estudiantil surgió en respuesta a la estructura autoritaria y elitista de la Universidad de Córdoba, dominada por círculos eclesiásticos y aristocráticos. En dicha ciudad, los estudiantes organizados de la Federación Universitaria de Argentina, representando a las “cinco universidades de entonces; tres nacionales: Córdoba, Buenos Aires y La Plata, y dos provinciales: Tucumán y Santa Fe” exigieron una serie de cambios fundamentales, entre los que destacan: el cogobierno estudiantil, la libertad de cátedra, la extensión universitaria, la gratuidad de la educación superior y la investigación científica, entre otros.

En un artículo publicado por el periódico estudiantil Fragua de fecha 1ero de marzo de 1962 se establece que en el Primer Congreso Nacional de Estudiantes se “sancionó las Bases de organización de las universidades cuya cláusula primera definía críticamente la gran innovación de la reforma al especificar en oposición a la vieja Universidad organizada por y para profesores que eran miembros de la Nueva Universidad no solo los profesores sino también los estudiantes y los graduados inscritos, y que una vez así integrada por todos sus elementos y garantizada la participación de estos en su gobierno la ley podía abandonar la orientación autónoma de la enseñanza y la dirección de la labor científica nacional” .

Fragmento Fragua. 1ero de marzo 1962.

A partir de esos criterios era que se erigía la legitimidad de la autonomía respecto al gobierno del Estado democrático. Ciertamente, la Reforma se convirtió en un modelo de referencia para los estudiantes del mundo quienes desde entonces exigieron estructuras democráticas en sus universidades y una formación crítica acorde con las necesidades de la sociedad. En ese sentido, el Congreso sancionó ocho bases que consideró fundamentales para las Universidades públicas: “la asistencia libre; la docencia libre; la publicidad de los actos universitarios; la extensión universitaria; la ayuda social de los estudiantes y la orientación social de la Universidad”. También consigna que entre sus obligaciones estaba afrontar por medio de sus facultades el examen de los grandes problemas sociales nacionales. Además, se hacía énfasis en un aspecto sustancial relacionado con “el contenido de los estudios humanísticos y de las materias de carácter social en los planes correspondientes a las carreras profesionales”.

Desde esta perspectiva, el Congreso concibió el carácter humanista de las universidades cuya mirada hacia la academia, aunque incompleta, “simboliza desde entonces una de las grandes reivindicaciones del Movimiento”. El espíritu reformista de Córdoba se propagó rápidamente por el continente, tal como lo señala Sebastián del Pilar Sánchez en su obra “UASD; Alborada libertaria y debates (1961 – 1974)”, donde nos da cuenta desde cuándo “el principio de autogestión imperaba en la Universidad de San Carlos de Córdoba, desde 1919; en la Universidad de Nacional Autónoma de México, desde 1929; en la Universidad de Bolivia, desde 1931; en la Universidad de Chile, desde 1931; en la Universidad de San Carlos de Guatemala, desde 1944; en la Universidad de Costa Rica, desde 1949; en la Universidad de la República de Uruguay, desde 1958, en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, desde 1958 y en la Universidad Central de Venezuela, desde 1958” .

La República Dominicana no estuvo al margen de estas corrientes reformistas. El 1ero de abril de 1928, los estudiantes dominicanos fundaron la Asociación Nacional de Estudiantes Universitarios (ANEU), cuyos objetivos fueron, según Juan Francisco Martínez Almánzar: “Luchar por la autonomía universitaria; solidarizarse con la lucha del pueblo haitiano intervenido militarmente por Estados Unidos y repudiar la dictadura de Juan Vicente Gómez en Venezuela”. Con estos propósitos, los jóvenes comenzaron a organizarse para exigir una universidad más democrática y autónoma. En aquel momento, la Universidad de Santo Domingo se encontraba bajo el control directo del Estado, lo que limitaba la libertad académica y su función crítica frente al gobierno de Horacio Vásquez.

De Córdoba en 1918 a la ANEU de 1928. Historia de Fragua II

Inspirados por la Reforma de Córdoba, los miembros de la ANEU dirigidos por el Bachiller Pedro R. Batista y J. Ramón Ruiz, presidente y secretario de correspondencia respectivamente, solicitaron la participación en la gestión universitaria para eliminar la influencia gubernamental y eclesiástica de la institución así como para proporcionar una mayor conexión con las necesidades del país, tal como se desprende de la conferencia impartida por uno de sus miembros quien “destacó el papel de la juventud latinoamericana en la lucha por la transformación de los estudios universitarios y en la campaña activa por la implantación de los principios socialistas”. Completaban su directiva Luis A. Machado González, E. S. Suncar Méndez, Pla Miranda, Guido Despradel Batista, J. R. Roque Martínez, Miguel Ángel Rodríguez Gómez, quien, según Franklin Franco, sustituyó al presidente Batista en mayo del 29 mientras Marino Inchaustegui “fue designado como delegado de asuntos extranjeros”.

Tras producirse en febrero de 1930 el golpe de Estado que derrocó a Horacio Vásquez, los estudiantes tuvieron que enfrentar a la estructura autoritaria que dominó el país por las próximas tres décadas. A pesar de la represión impuesta por la dictadura durante sus primeros años, los miembros de la ANEU continuaron sus esfuerzos. Nos dice Franklin Franco que, por medio de la política terrorista y clientelar implantada por Trujillo, el régimen captó “adherentes dentro de la juventud estudiantil y profesional para sumarlo a sus propósitos”. Entre los recursos empleados para tales fines se encuentran: “convencimiento amistoso, ofrecimiento de prebendas y finalmente, la represión”.

De Córdoba en 1918 a la ANEU de 1928. Historia de Fragua II

El 16 de mayo de 1932, en lo que fuera la última actividad pública conocida de la Asociación, el presidente saliente Rafael D. Santana, tuvo a bien leer las memorias de su gestión en donde valientemente denunció la dramática situación política que vivía la sociedad dominicana y en particular el sector estudiantil : “la universidad es un convento en donde oficia una juventud catequizada por dogmas balmesianos, integrada a la impaciencia de adquirir ese diploma maldito para cambiar de situación y tragárselo a los cuatro vientos con una petulancia barroca, pregonando una capacidad que no tiene…” .

Además de denunciar los atropellos contra el Dr. Viriato Fiallo y la represión a los estudiantes de la Escuela Normal, Santana expuso la crítica situación que vivían sus compañeros al indicar que “la densidad moral de los estudiantes universitarios dominicanos está lejos de ser una cosa de valor, comenzando porque sus papás les ordenan conseguir un diploma cueste lo que cueste y sin protestar contra nadie ni contra nada”. Esta mirada nos reenvía al concepto de "dominación cerrada” utilizado por el sociólogo Dominique Memmi quien lo refiere a una situación generacional marcada por el rechazo en la que los jóvenes desafían las relaciones de autoridad y el poder de las instituciones (familia, religión, escuela, negocios). Ciertamente, la dictadura de Rafael Trujillo (1930-1961) constituyó un obstáculo para las aspiraciones estudiantiles ya que el régimen trujillista sofocó cualquier forma de oposición, incluyendo la protesta estudiantil, mediante la represión y la cooptación de las instituciones académicas, tal como veremos en la próxima entrega de esta serie donde abordaremos La dictadura trujillista y su Guardia Universitaria.

De Córdoba en 1918 a la ANEU de 1928. Historia de Fragua II

Pies de foto:

Célebre fotografía de estudiantes izando bandera argentina en la Universidad de Córdoba.

Periódico Listín Diaria 2 de abril de 1928 reseña en Nota de prensa el surgimiento de la ANEU.

Portada del periódico FRAGUA 1ero de marzo de 1962.

Extracto del artículo sobre el Congreso Estudiantil 1918. Fragua, 1962.

EN ESTA NOTA

Raúl Pérez Peña (Bacho)

Periodista

Raúl Pérez Peña (Bacho). Periodista.

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