Hablar del programa Cradle to Cradle Certified® (C2C), el hablar de la transformación en las maneras en que se diseñan y producen los bienes de consumo y materiales de construcción, garantizando que todos los componentes sean seguros, reutilizables y regenerativos. También asegurar que los materiales y químicos utilizados sean seguros para la salud humana y el medio ambiente.
Este enfoque supone una oposición al modelo lineal tradicional de "extraer, fabricar, usar y desechar", de la economía conocida y aplicada, mayoritariamente, y promoviendo en su lugar un sistema circular de materiales de construcción.
Por ejemplo, un edificio diseñado con criterios C2C debe utilizar materiales que puedan reintegrarse en la naturaleza (ciclo biológico, como maderas certificadas, aislamientos naturales, pinturas no contaminante, y/o volver a la industria sin perder calidad (ciclo técnico, como acero reciclable, paneles modulares reutilizables).
En teoría, al implementar los conceptos del C2C en la trama del diseño arquitectónico, se puede plantear lo de la elegibilidad de productos para la certificación. Esto hace que casi cualquier producto físico que pueda ser adquirido de manera individual puede aspirar a la certificación, incluyendo, propiamente los materiales, subcomponentes y productos terminados.
Aunque es preciso aclara que como la certificación se establece con un baremo de calificación, se restringen algunos productos tales como juguetes o similares, cosméticos y productos de cuidado personal, que solo pueden certificarse si cumplen con al menos el nivel Plata en salud de materiales. Tampoco los plásticos de un solo uso, que deben alcanzar nivel Oro o Platino en circularidad del producto.
Ejemplos de esto serían, por un lado, un revestimiento de fachada modular hecho con aluminio reciclado certificado C2C, que podría ser elegible, y por el otro lado, una pintura sintética con disolventes nocivos no cumpliría con los criterios de la certificación.
Mediante métodos similares a una Auditoría las empresas deben demostrar un compromiso real con la certificación mediante un plan de cumplimiento ambiental y auditorías internas; control de cambios en la producción para evitar impactos negativos; evaluación de proveedores y materiales para asegurar estándares de sostenibilidad.
Por ejemplo, un fabricante de paneles solares C2C debe documentar cada insumo químico y el proceso de fabricación para garantizar que no introducen metales pesados tóxicos en la producción.
Interesante mundo el de C2C. Hasta la próxima.
Compartir esta nota