Carlos Alfredo Fondeur Victoria, pasado presidente del CDES www.cdes.do a quien Santiago honró declarándolo “Bonó Estratega Sénior”, máximo galardón de ciudadanía responsable de la ciudad, ido tristemente a destiempo, asimiló las demandas, quejas y solicitudes que planteó la “asamblea griega” que convocamos para pensar por Santiago en mas de 10 grandes barriadas.
En esos masivos encuentros comunitarios que realizamos para formular el pasado Plan Estratégico al año 2020, en especial en La Joya y Baracoa, el cuerpo profesoral en pleno de la escuela “Telésforo Reinoso” se quejó amargamente del gran desorden auditivo que le impedía presentar sus clases eficiente y diariamente.
Decían “es un caos de bares, bocinas de conchos, motores y ruidos caseros que no permite nada”. Esa escuela se construyó sobre el mismo terreno donde se ubicaba “El Matadero de Santiago”, sitio dramático donde entre puñaladas y puñaladas mortales sobre gimientes animales, alguna vez acompañamos a nuestros padres a comprar vejigas para disfrazarnos en el Carnaval.
Ese hecho dramático de altísimos ruidos en el entorno de escuelas y hospitales nos había llevado a tomar la decisión metodológica de estudiar a fondo este tipo de contaminación en Santiago.
El ruido y la hipertensión arterial son uno de los productos del adversos del metabolismo de la movilidad urbana. El ruido como factor relacionado a la contaminación ambiental, no se estudió en detalle en el primer PES. Las fuentes de ruido más significativas son los generadores de energía; los altoparlantes, los emisores de radio y los equipos de música en bares, discotecas, hogares, negocios, colmadones, también en conchos y carros privados.
El toque indiscriminado de bocinas es un resultado adverso del desorden del tránsito estudiado en detalle en el eje temático de ordenamiento territorial y sostenibilidad ambiental. Se suman asimismo, el conjunto de irritantes ruidos generados por los mufflers deteriorados de vehículos y motocicletas; las maquinarias de talleres e industrias.
Todos los estudios de Santiago que hicimos reafirmaron un sonido urbano permanente y estruendoso que atenta contra la salud humana.
Los niveles excesivos de ruido se presentan a todas horas, haciéndose mayor en el centro de la ciudad, las grandes vías y los barrios periféricos. Si valoramos las mediciones de los estudios realizadas por Castillo y León en 1996 y utilizadas como referencia en el primer Plan Estratégico de Santiago, con las mediciones efectuadas del muestreo de ABT/Associates en el 2009; se observa que los niveles de contaminación sónica son similares y todavía mayores, sobre todo en las estaciones denominadas como “hot-spots”, o sea en los puntos críticos de los días laborables en la ciudad.
15 años después estamos peor. Destaca en todas las mediciones del ruido calculados en decibeles están por encima de los parámetros normados a nivel nacional por el Ministerio de Medio Ambiente. La Joya, Cienfuegos, Hoya del Caimito, el Centro Histórico, el entorno de la fortaleza san Luís, Los Pepines y las vías de la Zona Franca de Rafey, todos son puntos altamente críticos para generar ruidos de forma permanente.
Estas investigaciones realizadas por un equipo de estudiosos dirigidos por el consultor senior del CDES doctor Fernando Arturo Russell, más la vivencia y las críticas de los encuentros comunitarios efectuados en los barrios, condujeron a Carlos Alfredo Fondeur, Presidente del Consejo Estratégico (CDES) a plantear entonces como iniciativa de “Victoria Rápida” o “Quick Win” como dice Jeffrey Sachs en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) , el proyecto de “Santiago Suena Bien”. Que debiera ponerse en practica en la nueva gestión municipal de Santiago del 2024-2028.
Para la ocasión, contactamos de forma “piloto” a la Escuela de Comunicación de la PUCMM para que probáramos con la participación de alumnos y profesores, la mejor campaña de prevención de ruidos patogénicos y violatorios de la ley. Una acción no para que Santiago esté callado, tampoco para que Santiago esté en silencio, sino para que “Suene Bien”. Para prevenir el ruido, promoviendo mensajes que impacten la cultura bullosa y reperperosa que caracteriza una parte importante de nuestra ciudadanía. Decimos “piloto” para indicar que es interés probar una iniciativa y luego aumentar el rango de acción de la misma a otras universidades de Santiago.
Entonces, el Consejo Estratégico de Santiago (CDES), la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y el Ministerio de Medio Ambiente (MIMARENA), convocaron a los estudiantes de la Carrera de Comunicación Social, Campus Santiago, al Concurso “Santiago Suena Bien”, para que diseñaran una campaña de concientización sobre la contaminación auditiva a través de los medios de comunicación. Para sensibilizar a la ciudadanía de Santiago y el país, acerca de la importancia del impacto negativo de la contaminación acústica, y cómo su prevención supone una mejor calidad de vida. Para educar a la ciudadanía en una cultura de equilibrio ambiental, respeto y paz, con la disminución de los niveles de ruido.
Hoy, Víctor Elías Atallah Lajam ministro de salud, aporta mucha fuerza política y técnica al Plan Estratégico de Salud. Es el especialista apropiado para robustecer el control de enfermedades no transmisibles. También para aliarse exitosamente a los alcaldes en la creación de genuinos municipios saludables.
Graduado Magna Cum Laude en INTEC. Acumula especialidades en cardiología en el Lenox Hill Hospital (USA). Diplomado del American Board de Medicina Interna y Cardiología Nuclear; certificado por el directorio de Colegio Americano de Cardiología de EUA.
Resulta una solución de impacto, el programa "más salud y esperanza de vida", para controlar enfermedades como diabetes e hipertensión arterial, que oferta medicamentos gratuitos. Nos unimos exitosamente así al programa “Hearts" de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sabemos que sobrepeso, obesidad, diabetes e hipertensión (SODHI), son causas que precipitan más del 70% de los 65,000 fallecidos anuales.
Para impactar factores causales de hipertensión, hay que enfocarse en Santiago y Santo Domingo como las metrópolis de mayor generación de ruidos y otras causas patogénicas del Caribe.
Grandes ciudades repletas de hipertensos y enfermos de las coronarias. Ciudades que son una suma epidémica de motocicletas sin silenciadores de sonido, vehículos con mufles alterados para generar espanto; colmadones donde se ingieren millones de litros de cervezas diariamente; carros con bocinas al por mayor y camiones que desesperan la vida de barrios, escuelas, hospitales y centros de trabajo.
Ambas ciudades deben desatar el programa municipio saludable “La Ciudad Suena Bien”; con acciones educativas, alimentación sana y control de ruidos. Al menos 100 calles debieran ser intervenidas por los ayuntamientos. Se impone colocar sonómetros para penalizar violadores que exceden los decibeles establecidos por reglamento.
Sabemos que el aumento de la presión arterial y los problemas coronarios son multicausales. El cambio demográfico, el estrés derivado de urbanización caótica, sobrealimentación y modo de vida sedentario, se suman como precipitantes, los ruidos excesivos.
Contabilizamos 7 millones, 99 mil adultos. De éstos, 4.9 millones son obesos o tienen sobrepeso. Dos millones padecen hipertensión arterial y 850 mil sufren diabetes mellitus. Son cifras que implican miles de millones de pesos en gastos promedio por 368 dólares per cápita/anual por enfermo.
De los 65,000 fallecidos anuales promedio, la gran mayoría muere por isquemia cardíaca, diabetes y enfermedades metabólicas; accidentes cerebrales y enfermedad hipertensiva. Son 75% de la carga de enfermedad de los 10 millones, 760 mil dominicanos y casi 700 adultos migrantes residentes.
La epidemia de hipertensión y ruidos está siendo enfrentada, pero necesitamos mucho más de los Ayuntamientos y el Ministerio de Salud; hoy liderado por un ministro que sabe del corazón.
El Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago entregó los premios a los ganadores del concurso “Santiago Suena Bien”, campaña que buscaba reducir la contaminación auditiva. En el concurso realizado en conjunto con la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, participaron los estudiantes de Comunicación Social de dicha universidad. Resultaron ganadores del primer lugar el equipo formado por Jonathán Vila, Laura Partal y Luis Lizardo. Hoy, estamos preparados de nuevo para avanzar.